Seis preguntas que pueden ayudar al periodista

 Tom Huang | EL ABC DEL PERIODISMO

Como editor, trato de hacer buenas preguntas. Lo hago porque soy curioso. Además, suelo utilizar frases que terminan en signos de interrogación.

 

También se debe a que, como escribió alguna vez Roy Peter Clark, de Poynter, “los maestros y los editores funcionan mejor como recurso para los cronistas cuando dialogamos con ellos sin decirles qué hacer”.

Esto no significa que nunca les doy sugerencias. Pero trato de comenzar con preguntas que aviven la imaginación del cronista. Lo obligo a que piense con mayor intensidad en la temática de la nota. Lo aliento a que tenga enfoques nuevos en cuanto a la narrativa.

Conocemos las preguntas básicas que el periodista busca responder cuando realiza una nota: son esas preguntas que empiezan con “quién”, “qué”, “dónde”, “cuándo”, “por qué” y “cómo”.

Aquí ofrezco algunas otras preguntas que me gusta hacerles a los reporteros, normalmente justo antes de que empiecen a hacer las entrevistas y, luego, antes de que se sienten a escribir.

Aunque se esté cerca de la fecha de entrega, intenten tener una conversación de 10 minutos teniendo en cuenta estas preguntas. Como editor, las directrices que uno ofrezca de antemano pueden, a menudo, ahorrar tiempo al momento de editar la nota.

¿Cómo le contarían esta nota a un amigo? Me gusta hacer esta pregunta porque alienta al cronista a pensar sobre las partes más interesantes y relevantes de la nota. Somos buenos al considerar el valor noticioso de una nota, pero no siempre lo somos al ponderar “¿por qué le debe importar esto al lector?”. Este ejercicio puede ayudar al cronista a pensar las razones por las cuales deberíamos interesarnos en el artículo. Este ángulo también puede ayudar al periodista a alejarse de todo tipo de vocabulario técnico y agregarle un tono conversacional a la nota.

¿Cuál podría ser el titular de la nota? En otras palabras, uno debe preguntarse cuál es el tema central de la misma. Reducir la premisa a cinco o seis palabras puede ayudar al cronista a lograr un ángulo muy preciso. En mi sala de redacción, les pedimos a los reporteros y editores que escriban titulares tentativos para la web, así como esquemas en la parte superior de sus notas. Esto se debe, en gran medida, a razones de producción. Sin embargo, el mayor beneficio reside en que alentamos a reporteros y editores a concentrarse en la esencia de la nota desde el inicio del proceso.

¿Qué le sorprendió? Aunque no me guste admitirlo, muchos de los artículos que producen los periodistas, por no decir la mayoría, se escriben de manera predecible. El factor sorpresa puede ayudar al cronista a dejar de pensar como periodista por un momento y reaccionar ante los hechos de la nota como un lector común.

¿Qué son las preguntas sin respuesta? Como periodistas, no siempre somos buenos en detallar con claridad lo que desconocemos de una historia, en especial si es una de último momento. A menudo, tratamos de escribir alrededor de vacíos. Es mejor ser claros y confesar en la nota lo que queda por explicar y aclarar. Esta pregunta también lleva a que el reportero y el editor elaboren una lista de preguntas para notas posteriores sobre el mismo tema.

¿Qué elementos nuevos estamos aportando? Sus mejores reporteros están buscando tener un desafío. Y es posible que, si se trata de periodistas experimentados, hayan realizado una nota similar a la que están produciendo ahora. ¿Qué mejor manera de incentivarlos que pidiéndoles que incluyan un ángulo nuevo a la historia? Dicho enfoque podría involucrar palabras, pero también fotografías, gráficas y elementos interactivos. Esta pregunta también ayuda a que los cronistas trabajen de forma colectiva con los encargados de fotografía, diseño gráfico, etc.

¿Qué estamos enseñando? Las mejores notas para mí son aquellas que no solo cuentan al lector algo que ellos no conocen, sino que también resuenan en él porque abordan un tema universal. Estas notas le enseñan algo al lector. Esas son las historias más gratificantes para mí. A pesar de estar equipados con televisión por cable, computadoras portátiles, tabletas digitales y teléfonos inteligentes, nuestros lectores están perdidos en un mar de información. Están ansiosos por recibir contexto y significado. Enseñarles algo es una de las cosas más importantes que podemos ofrecerles.