¿De qué trata el Documental “Legión: Tribus Urbanas Motorizadas” de José Celestino Campusano?

Legión: Tribus Urbanas Motorizadas

De José Celestino Campusan

José Celestino Campusano es un directo único para el cine argentino. Único no como elogio frívolo, irónico o condescendiente (tres signos de la época) sino a la vieja usanza, como dicen los libros: 1. adj. Solo y sin otro de su especie. 2. adj. singular (extraordinario, excelente). Hay directores buenos, malos, horrendos, fatuos, prolijos y en algún punto muchos de ellos se parecen entre sí, por motivos que no viene al caso enumerar. Únicos, en cambio, hay sólo dos: Campusano y Martín Rejtman. Y no se parecen en nada, salvo en el hecho de que ambos han hecho mayormente películas de ficción, pero sus escasos aportes al documental resultan, sí, imprescindibles.

Vayamos por partes. Primero, dos motivos (seguro hay más, pero estos aparecen por delante) que hacen único a Campusano. Por un lado, su cine es completamente infeccioso: no hay modo de escaparse de sus películas o atravesarlas con indiferencia. Podría decirse que se trata de obras “pregnantes”, y en un primer vistazo eso estaría bien; pero el entramado que nos atrapa en ellas es demasiado sofisticado y la definición no alcanza. No son sus temas, ni sus diálogos, ni su puesta en escena; es el cine, es la suma de todo eso y algo más lo que logra el tejido, la red de la que no es posible salirse hasta el final del metraje. Se podrá terminar en estado de horror o arrobamiento, pero jamás de indiferencia: el tatuaje está ahí y no se borra.

En ocasión de la muestra que el festival vasco Zinebi le dedicó al director en 2014, Álvaro Arroba y Alicia Mendoza decían: “Muchos cineastas han extendido la pobreza al propio contenido de sus películas y se abandonan a una estética famélica de contemplación perezosa de la realidad (films con largos planos de duraciones arbitrarias) en la que ni siquiera se establece un juego con el espectador, convertido en un convidado de piedra. Campusano, lejos de adolecer de semejante ostentación del hambre, introduce sus narraciones en la mente de quien contempla su obra mediante un complejo tejido de tramas y personajes”.

Por otra parte, impacta la precisión del director. Ya se habló más de una aquí arriba de trama, tejido, entramado, y la verdad es que el rigor con el que eso se despliega llama la atención. De nuevo: hay que tener paciencia y pensar en lo que se está viendo. A primera vista puede parecer un amontonamiento de personajes y postales del suburbano, al borde del arquetipo unos y otras, y sin embargo la acumulación que se produce a medida que la película avanza (es cine: se mueve), el orden que van tomando sus pinturas vivientes, habla de un director con ideas claras, con metas, con la vieja ambición de que el cine llegue al sitio al que tiene que llegar. “La mejor película está sucediendo ahora mismo delante de nuestros ojos o detrás de esa pared, el problema es nuestra incapacidad para visualizarla”, dijo Campusano alguna vez. Y queda claro con cada nuevo film que ese es su trabajo.

Legión – Tribus urbanas motorizadas es el documental que Campusano realizó poco antes de revelarse a fines de la década pasada con el doblete Vil romance (2008) y Vikingo (2009). Legión se ocupa de distintos grupos de motoqueros del Gran Buenos Aires, por una doble vía que también es típica del director: los ritos y los conceptos. Vemos a los motoqueros en encuentros, en caravanas, en veladas nocturnas de “patear” rock, tomar cerveza y gritarle barbaridades a strippers, y también hablando de su idea de pertenencia, de la relación entre ellos y de la mirada que reciben del entorno, del orgullo y los prejuicios.

En un texto llamado a hacer historia (aquí sí el elogio tiene intenciones sarcásticas, sabrán disculpar… aunque uno nunca sabe), el reseñista Adolfo Martínez supo decir en el diario La Nación: “Una música rockera de altisonantes ritmos y una deficiente fotografía son otros de los renglones que hacen de este producto un documento sin mayor valor estético que, sin duda, caerá en un muy pronto olvido”. Demasiadas cosas mal para una sola frase, empezando por el curioso género de “crítica de fichas técnicas” (lafotógrafía tal cosa, la música tal otra) y siguiendo por dos datos que indican que la futurología no es lo suyo: la película no ha caído en el olvido y su potencia estética era entonces y sigue siendo hoy fenomenal, empezando por el desfile de motos, cuya inventiva e impacto son dignos de Mad Max, para seguir por cada escalón de rituales que nadie ha filmado mejor, que nadie ha podido mostrar tan vivos. Todo, además, para desembocar en los grandes temas del director: la identidad y sus espejismos, la lealtad y sus dificultades, y la construcción de algún tipo de nobleza a partir de materiales en apariencia poco nobles.

Próximos documentales:

Sábado 1/8. 18:00 horas. Legión  de José Celestino Campusano 

Sábado 8/8. 18:00 horas. La crisis causó dos nuevas muertes de Patricio Escobar y Damián Finvarb

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