Christophe: “Mi abuela me enseñó que cocinar es un acto de amor”

 

Christophe Krywonis es un destacado chef francés, que reside en Argentina desde 1989, y que en los últimos años se ha convertido a través de la televisión en una reconocida figura de la gastronomía local. El último domingo presentó su libro “Anuario 2016” en la muestra “De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo argentino” que desarrolla Margen del Mundo en Pinamar. En la ocasión mantuvo un diálogo abierto con el público presente, y entre otras cosas, se refirió a sus inicios en la cocina, a las claves de un buen plato y al negocio gastronómico.

Yo aprendí a cocinar mirando a mi abuela, que tenía un pequeño restaurant”, relató al comenzar el encuentro. En ese sentido remarcó que su abuela también le enseñó que “cocinar es un acto de amor”.

Sobre las necesidades para tener éxito a la hora de cocinar dijo: “hacen falta buenos ingredientes”. Y agregó que: “Cocinar no es tan complicado: con un poco de esfuerzo se pueden hacer buenos platos”. A su vez analizó que: “Un plato no tiene que ser elaborado para ser rico, pueden ser papas fritas muy ricas”. Sobre sus preferencias dijo que la milanesa napolitana es el plato argentino que más le gusta “y el que tiene mayor influencia francesa”.

En la charla también se enfocó en su nuevo libro y sobre el punto señaló que: “Hacía mucho tiempo que no tenía tanto miedo de hacer algo como me pasó con Anuario 2016”. Y remarcó la importancia mundial de los libros de cocina en la actualidad: “La gastronomía, las recetas, son la lectura más leída en el mundo”.

“Hay que volver a la naturaleza que es sabia, hoy está todo muy alterado”, afirmó con relación a las asignaturas de los tiempos que corren. Y continuó: “Hay que comer sano, y hay que limitar el uso de los pesticidas”

Por último, Krywonis se dedicó a señalar las dificultades del negocio gastronómico: “El que piensa que la gastronomía es un negocio redondo está equivocado”. “Un restaurant conlleva mucho esfuerzo para abrirlo y sostenerlo; no es un viva la pepa”, afirmó. Y siguió: “Hay que entregar facturas y pagar los impuestos. Se debe respetar a la gente” Aunque también se ocupó de marcar dos aspectos claves de ese negocio: “Lo más importante de un restaurant es la ubicación. También es indispensable la higiene” Y cerró con una afirmación concluyente: “El que sale de una escuela de cocina no es cocinero, se hace con los años de trabajo en la cocina”.