Entre talleres mecánicos y galerías de arte

 

 

 

 

Por Alicia de Arteaga

 

Diario La Nación 28/08/ 2014

 

Idea de Luis Majul, con montaje y puesta  de Santiago Bengolea, se abren las puertas del nuevo Museo del Periodismo. Para Maujl, periodista multimedia, escritor y editor, es simplemente amor por la profesión, pasión por  lo que hace y “una manera visible de reivindicar el oficio”, según confió Bengolea.

Para el curador, un desafío. Curador también  del espacio de Arte Contemporáneo de PROA,supo darle a la Fundación de la Boca que preside Adriana Rosenberg un pie firme en la producción local, llevando los nombres de los artistas jóvenes, emergentes algunos, consagrados otros, siempre con una mirada rigurosa y de calidad. Santi Bengolea curó también, aunque duró lo que dura un suspiro, el espacio contemporáneo del Bellas Artes, al lado de la sala de muestras temporarias, cuando era director Guillermo Alonso. Recuerdo la hipnótica obra de Mariano Ferrante, quien será  co-curador de montaje  del proyecto Majul. Precursor del arte en la web, durante estos años Santiago Bengolea ha desarrollado RED Galería, que tiene un lugar ganado, además de haber estado en varias ediciones de arte BA con espacio expositivo propio.

El museo del periodismo funcionará en un edificio majuliano, donde el periodista tiene su base de operaciones. Majul, con larga trayectoria en los medios, gráficos, radiales y televisivos, es actualmente colaborador de La Nación. Un periodista  que sabe manejar las palabras, muchas veces en la cornisa, quiere contagiar el amor por el periodismo a pesar de “la grieta” de los prejuicios y chapas.

La Cornisa Producciones mudó sus oficinas a una zona neutra entre Palermo Hollywwod y Chacarita. Allí funcionará Al Margen del Mundo, pero no tan al margen. Por allí están abriendo puertas galeristas y artistas como Orly Benzacar, Leandro Erlich, Jorge Macchi, Carlos Huffmann, Pablo Siquier, Gachi Prieto, La Ira de Dios  y Nora Fish, entre otros, Recordar que fueron precursores en la zona Nicola Costantino, Santiago Porter y Gabriel Valansi. Está previsto que inaugure en la primavera con un audiovisual histórico llamado De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo argentino. Será, sin duda,  un foco de interés para profesionales y estudiantes por la documentación reunida y material de estudio.

Está prevista la proyeccción de Un mundo con periodistas ( Canal á, miércoles a las 22 horas), programa de Pablo Sirvén y el lanzamiento del libro con el título de la exposición y la autoría de Sirvén y Pablo Marchetti, para la editorial Margen Izquierdo.

 

Nueva capa…

Entre talleres mecánicos y galerías de arte

 

 

 

 

Por Alicia de Arteaga

 

Diario La Nación 28/08/ 2014

 

Idea de Luis Majul, con montaje y puesta  de Santiago Bengolea, se abren las puertas del nuevo Museo del Periodismo. Para Maujl, periodista multimedia, escritor y editor, es simplemente amor por la profesión, pasión por  lo que hace y “una manera visible de reivindicar el oficio”, según confió Bengolea.

Para el curador, un desafío. Curador también  del espacio de Arte Contemporáneo de PROA,supo darle a la Fundación de la Boca que preside Adriana Rosenberg un pie firme en la producción local, llevando los nombres de los artistas jóvenes, emergentes algunos, consagrados otros, siempre con una mirada rigurosa y de calidad. Santi Bengolea curó también, aunque duró lo que dura un suspiro, el espacio contemporáneo del Bellas Artes, al lado de la sala de muestras temporarias, cuando era director Guillermo Alonso. Recuerdo la hipnótica obra de Mariano Ferrante, quien será  co-curador de montaje  del proyecto Majul. Precursor del arte en la web, durante estos años Santiago Bengolea ha desarrollado RED Galería, que tiene un lugar ganado, además de haber estado en varias ediciones de arte BA con espacio expositivo propio.

El museo del periodismo funcionará en un edificio majuliano, donde el periodista tiene su base de operaciones. Majul, con larga trayectoria en los medios, gráficos, radiales y televisivos, es actualmente colaborador de La Nación. Un periodista  que sabe manejar las palabras, muchas veces en la cornisa, quiere contagiar el amor por el periodismo a pesar de “la grieta” de los prejuicios y chapas.

La Cornisa Producciones mudó sus oficinas a una zona neutra entre Palermo Hollywwod y Chacarita. Allí funcionará Al Margen del Mundo, pero no tan al margen. Por allí están abriendo puertas galeristas y artistas como Orly Benzacar, Leandro Erlich, Jorge Macchi, Carlos Huffmann, Pablo Siquier, Gachi Prieto, La Ira de Dios  y Nora Fish, entre otros, Recordar que fueron precursores en la zona Nicola Costantino, Santiago Porter y Gabriel Valansi. Está previsto que inaugure en la primavera con un audiovisual histórico llamado De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo argentino. Será, sin duda,  un foco de interés para profesionales y estudiantes por la documentación reunida y material de estudio.

Está prevista la proyeccción de Un mundo con periodistas ( Canal á, miércoles a las 22 horas), programa de Pablo Sirvén y el lanzamiento del libro con el título de la exposición y la autoría de Sirvén y Pablo Marchetti, para la editorial Margen Izquierdo.

 

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Entre talleres mecánicos y galerías de arte

 

 

 

 

Por Alicia de Arteaga

 

Diario La Nación 28/08/ 2014

 

Idea de Luis Majul, con montaje y puesta  de Santiago Bengolea, se abren las puertas del nuevo Museo del Periodismo. Para Maujl, periodista multimedia, escritor y editor, es simplemente amor por la profesión, pasión por  lo que hace y “una manera visible de reivindicar el oficio”, según confió Bengolea.

Para el curador, un desafío. Curador también  del espacio de Arte Contemporáneo de PROA,supo darle a la Fundación de la Boca que preside Adriana Rosenberg un pie firme en la producción local, llevando los nombres de los artistas jóvenes, emergentes algunos, consagrados otros, siempre con una mirada rigurosa y de calidad. Santi Bengolea curó también, aunque duró lo que dura un suspiro, el espacio contemporáneo del Bellas Artes, al lado de la sala de muestras temporarias, cuando era director Guillermo Alonso. Recuerdo la hipnótica obra de Mariano Ferrante, quien será  co-curador de montaje  del proyecto Majul. Precursor del arte en la web, durante estos años Santiago Bengolea ha desarrollado RED Galería, que tiene un lugar ganado, además de haber estado en varias ediciones de arte BA con espacio expositivo propio.

El museo del periodismo funcionará en un edificio majuliano, donde el periodista tiene su base de operaciones. Majul, con larga trayectoria en los medios, gráficos, radiales y televisivos, es actualmente colaborador de La Nación. Un periodista  que sabe manejar las palabras, muchas veces en la cornisa, quiere contagiar el amor por el periodismo a pesar de “la grieta” de los prejuicios y chapas.

La Cornisa Producciones mudó sus oficinas a una zona neutra entre Palermo Hollywwod y Chacarita. Allí funcionará Al Margen del Mundo, pero no tan al margen. Por allí están abriendo puertas galeristas y artistas como Orly Benzacar, Leandro Erlich, Jorge Macchi, Carlos Huffmann, Pablo Siquier, Gachi Prieto, La Ira de Dios  y Nora Fish, entre otros, Recordar que fueron precursores en la zona Nicola Costantino, Santiago Porter y Gabriel Valansi. Está previsto que inaugure en la primavera con un audiovisual histórico llamado De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo argentino. Será, sin duda,  un foco de interés para profesionales y estudiantes por la documentación reunida y material de estudio.

Está prevista la proyeccción de Un mundo con periodistas ( Canal á, miércoles a las 22 horas), programa de Pablo Sirvén y el lanzamiento del libro con el título de la exposición y la autoría de Sirvén y Pablo Marchetti, para la editorial Margen Izquierdo.

 

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Un sueño que se hace realidad

El diario La Nación, en su edición del viernes 27 de septiembre toma nota del ruido que ya se escucha por la calle Concepción Arenal casi esquina Warnes, en pleno  Margen del Mundo: el espacio multipropósito, y a la vez museo, que ideó Luis Majul para exponer en forma permanente la muestra “40 años de periodismo (de Walsh a Lanata) con el objetivo de “reivindicar el oficio, contagiar el amor por el periodismo y convivir con las diferencias y pasar por encima de «la grieta»”, según le explicó el ideólogo de este megaproyecto al matutino.

La  carta de Rodolfo Walsh a la junta militar, Blackie y sus programas en vivo, las investigaciones de Horacio Verbitsky, los relatos de Víctor Hugo Morales, las notas de Jorge Lanata. Un túnel del tiempo, un repaso por los últimos 40 años del periodismo en la Argentina. La vida y obra de Osvaldo Bayer, Juan Alberto Badía, Eduardo Aliverti, Alfredo Leuco, Marcelo Longobardi, Jorge Rial, Marcelo Tinelli y otros 28, de acuerdo a una encuesta especialmente encargada para este ambicioso proyecto. Majul mudó su productora La Cornisa, al primer piso de un viejo taller mecánico de unos 400 metros en Chacarita,  donde en la planta baja ya se dan los últimos retoques a lo que será la muestra.

El espacio tiene un primer sector “envolvente”, donde se proyectarán varios videos en simultáneo para empaparse de hitos de la historia argentina de los últimos 40 años.El segundo sector es el de las microbiografías: “Vidas de periodistas”. Son diez pantallas táctiles con el resumen de la vida y la obra de los 40 periodistas, con la voz de Mario Pergolini. ¿Cómo fueron elegidos esas 40 personas? “El tronco de la muestra son dos encuestas mellizas, una a periodistas y otra al público en general. Además de tener preguntas claves sobre el catecismo del periodismo, en la encuesta preguntamos cuáles son los periodistas más influyentes de los últimos 40 años”, detalla Majul, autoexcluido de la encuesta y de la muestra. Al fondo de Margen del mundo hay un auditorio multiuso, donde serán las “noches de stand up”. También hay un speakers’ corner, “el primero en la Argentina”. En criollo, un “rincón de oradores” para que la gente hable en público y “diga lo que se le antoje”.Según cuenta Majul, hay un proyecto en la Legislatura porteña para declararlo “de interés turístico y cultural”.”Estoy seguro de que ese proyecto va a ser aprobado por unanimidad. Si alguien se niega, quiere decir -como símbolo fuerte- que está en contra de la libertad de expresión”, agrega. En el museo también habrá una radio, que se emitirá online; una biblioteca “con los libros esenciales”; una escuelita de periodismo para chicos y un café, De los periodistas del margen del mundo.

“El concepto es básico, pero vale la pena: queremos que [en el museo] se tome uno de los mejores cafés de Buenos Aires y se coma el mejor sándwich”, dice.

http://www.lanacion.com.ar/1730216-un-museo-para-viajar-por-la-historia-reciente-del-periodismo-argentino

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Los ultimos 40 años, de Rodolfo Walsh a Jorge Lanata

 

 

 

 

Por Luis Majul

Reivindicar el oficio. Contagiar el amor que sentimos por el periodismo. Por encima de “la grieta” y los prejuicios ideológicos y personales. Ése será el espíritu de la muestra De Walsh a Lanata (40 años de periodismo argentino), así como del programa de TV, Un mundo con periodistas, que se emitirá por Canal (á) a partir de esta semana; y del libro que llevará el mismo título de la exposición y que escribirán Pablo Sirvén y Pablo Marchetti, para la editorial Margen Izquierdo. Creo que los últimos 40 años han sido una de las etapas más intensas de toda la historia del periodismo nacional. La muestra se estrenará casi con la llegada de la primavera, en el mismo predio donde hace pocos meses se mudó La Cornisa Producciones.

El lugar físico de llama Margen del Mundo, porque no está en el centro de la ciudad ni en el corazón de Palermo Hollywood, sino detrás del cementerio de la Chacarita. Estará abierto al público y no mirará hacia adentro, sino hacia los vecinos, los estudiantes de periodismo y de carreras afines, las escuelas, los colegios y el barrio en particular.

La muestra, el programa de TV y el libro tienen como base dos encuestas “gemelas” que encargamos a Management & Fit. En una respondió el público en general. En otra los periodistas. Así logramos un mapa con los periodistas más influyentes de los últimos 40 años. Sin exclusiones. También respondimos una serie de preguntas apasionantes sobre el “catecismo” de la profesión.

Los que visiten De Walsh a Lanata se encontrarán, entre otras cosas, con microbiografías audiovisuales de esos periodistas, con una película “envolvente” sobre los últimos 40 años de periodismo, con un speaker’s corner, una biblioteca especialmente curada con las mejores crónicas, ensayos e investigaciones periodísticas de esos años y con una radio digital denominada Margen del Mundo.

Entre las clases que estamos planeando habrá Clases Únicas de Maestros del Periodismo y la Cocina, porque la comunicación y la comida son las disciplinas que parecen vivir una revolución permanente.

El Café de los Periodistas del Margen del Mundo se ofrecerá como un lugar de encuentro, en el medio de tantos desencuentros. Habrá ciclos innovadores. Noches de stand-up.

Invitaré a la inauguración a todos los que entren en el predio. Desde la Presidenta hasta los periodistas con una u otra mirada. Sé que es un proyecto ambicioso. Y que no tiene garantizado el éxito. Pero siento que es el momento justo para encarar el desafío.

 

http://www.lanacion.com.ar/1715311-los-ultimos-40-anos-de-rodolfo-walsh-a-jorge-lanata

Cristina, Amado y los buitres después del Mundial

Los hombres del Gobierno que leen encuestas todos los días suspiran aliviados. Dicen que el procesamiento del vicepresidente Amado Buodou todavía no impacta, de lleno, en la imagen de la administración y tampoco en la de la Presidenta. No deberían quedarse tan tranquilos. Parece bastante claro que la mayoría de la gente aún tiene la cabeza en el Mundial, pero que enseguida, después de la pitada final, van a volver a obsesionarla asuntos más triviales, como la inseguridad, la inflación y el miedo a perder el empleo. Y, por supuesto, también, las acusaciones de cohecho, entre otras varias, contra Boudou. Es decir, los mismos temas que le preocupaban hace poco menos de un mes.

La de ahora es casi la misma dinámica política y de opinión que se manifestó en las postrimerías del segundo gobierno de Carlos Menem. La indignación generalizada por los escándalos de corrupción sobrevino después de la recesión económica y el desbarajuste social. A partir de ese momento, Menem se transformó en “el Innombrable” y comenzó a ser visto como el responsable de todos los males de la Argentina. Fue tan alto su desprestigio que incluso el ex presidente Néstor Kichner, para no quedar demasiado lejos del imaginario popular, llegó a tocar madera, en una sesión del Senado, después de mencionarlo por obligación. (A propósito: el Gobierno debería explicar, algún día, como pasó de tratarlo como si fuera el demonio a tenerlo de aliado en cuestiones estratégicas).

Ciertos “militantontos” que escriben no para defender ideas propias sino para atacar a quienes opinamos diferente sostienen que es una enormidad comparar el derrotero político de Menem con la relevancia política e histórica de Cristina Fernández. A ellos se les debería recordar que Menem pasó de supuesto estadista a presidente más corrupto de la historia en menos de cuatro o cinco años, y que su decadencia se terminó de consolidar con el desastre económico y social que dejó su segunda presidencia. Así y todo, después de la crisis que culminó con la renuncia anticipada de Fernando de la Rúa y la semana trágica de los cinco presidentes, Menem obtuvo casi el 25% de los votos en las elecciones de 2003. Era, sin lugar a dudas, su núcleo duro que volvía a expresarse, estimulado por la campaña “Menem lo hizo”, la añoranza del 1 a 1 y los favores del Estado que algunos de ellos habrán recibido de manera directa o indirecta. Hoy, de ese núcleo duro no queda ni el recuerdo. Además, cuando este gobierno cumpla su mandato, el relato llegará a su fin, y los adjetivos serán reemplazados por las estadísticas, que, con suerte, dejarán de ser manipuladas. Se tendrá entonces una idea más acabada de la verdadera herencia del kirchnerismo.

Los que pensamos que cada minuto que pasa con Boudou como vicepresidente en funciones le será facturado a la Presidenta no sólo como un error político sino como una sospecha de complicidad lo hacemos basados en algo que ya sucedió, y no hace mucho. Porque la lógica de la opinión pública argentina siempre es la misma: cuando los presidentes ganan elecciones y parecen ostentar todo el poder, transmiten la sensación de que se pueden equivocar una y mil veces e incluso hasta ser disculpados por hechos de corrupción protagonizados por sus más íntimos colaboradores. Pero cuando empiezan a perder imagen y votos, los fiscales, los jueces y los medios toman la delantera y los colocan, con sus denuncias, a la defensiva. Los escándalos de corrupción pueden aparecer o no en el contexto de una crisis económica. Sin embargo, cuando la crisis económica, la recesión y los problemas de empleo avanzan al compás de las denuncias, la imagen y la intención de voto de los jefes de Estado empiezan a caer en picada, y no hay truco de comunicación que lo pueda detener.

A esta dinámica de la opinión pública se le debe agregar un dato nuevo y propio de la última década: el resentimiento acumulado de quienes fueron humillados por la Casa Rosada. Conozco a fiscales, jueces, sindicalistas, dueños de medios y hasta gobernadores y legisladores que hoy dicen pertenecer al Frente para la Victoria, pero que están esperando el momento en que Cristina Fernández entregue la banda presidencial para pasar una enorme factura. Y no sólo a Ella. También a los humilladores seriales que ejecutaron las directivas impartidas por sus líderes políticos. A contra reloj, durante los últimos días, en el medio de la transmisión del Mundial, los estrategas del marketing político hicieron un guiso, bien cargado, con ingredientes conocidos y picantes: amor a la patria, supuestos logros en las áreas sociales y compacto de noticias sobre el apoyo de un puñado de países de Latinoamérica a la gran batalla contra los fondos buitre. En rigor, la pelea contra el juez Thomas Griesa y los holdouts es la última tentación de la administración para aprovechar el envión del argentinazo futbolero y trasladarlo a la realidad nacional. El consultor oficialista Artemio López considera que se trata de una oportunidad inmejorable para inyectar un poco de mística al cascoteado proyecto nacional y popular. “El 60% está a favor de la pelea del Gobierno contra los fondos buitre. Además, es una causa linda y podría servir para galvanizar el sentimiento de muchos que apoyaron el proyecto y que por una u otra razón lo dejaron de apoyar”, me dijo.

La maquinaria publicitaria se agigantará a partir de la semana que viene, cuando termine el Mundial y los problemas concretos empiecen a aparecer en la tapa de los diarios. El objetivo de mínima es desplazar de la agenda las noticias negativas derivadas del procesamiento de Boudou. El de máxima es encolumnar a parte de la oposición y colocarla del lado de Cristina Fernández y Axel Kicillof. La realidad les juega en contra, una vez más. Desde la recepción de las últimas boletas de gas, con aumentos superlativos, hasta las suspensiones y despidos en la industria automotriz son hechos que no pueden ser disimulados detrás de una pelea contra la justicia norteamericana.

Por otra parte, los detalles de las causas abiertas que involucran a Boudou son un material demasiado tentador para cualquier periodista que trabaje en Comodoro Py y también fuera de los tribunales. La semana que viene, el vicepresidente debe prestar declaración indagatoria, ante el juez Claudio Bonadio por la presunta falsificación de los papeles de un auto que no quiso incluir entre los bienes gananciales después de su divorcio de su primera mujer. El periodista Jorge Asís, quien llama a Boudou, José María Núñez Carmona y Alejandro Vanderbroele “los descuidistas”, todavía no puede entender cómo la Presidenta, antes de nombrarlo ministro, o ungirlo vicepresidente, no chequeó sus antecedentes comerciales, judiciales y personales. Firmas adulteradas y mentiras que duran cinco minutos harían del Boudougate una trama atrapante si no fuera tan grave para los asuntos del país.

Publicado en La Nación

A Boudou no lo salva ni Argentina campeón

Aunque el seleccionado argentino salga campeón del mundo, contra Brasil, en el Maracaná, el procesamiento de Amado Boudou, acusado de coimero, y la recesión económica, que seguramente se profundizará, dejarán al Gobierno en general y a la Presidenta, en particular, en el peor de los escenarios.

Eso es lo que le están tratando de decir, como pueden, a Cristina Fernández, tanto Carlos Zannini como Máximo Kirchner. Ellos no piensan igual en casi nada, pero coinciden en el siguiente diagnóstico: ya no tiene ningún sentido sostener al Vicepresidente.

Es que sobre la cabeza de Boudou, caerá, en los próximos días, una tormenta perfecta. Porque avanzarán, a razón de una o dos por semana, muy malas noticias judiciales. Y no solo las que conciernen al expediente de la exCiccone.

También las habrá sobre la causa por presunto enriquecimiento ilícito; la falsificación de los papeles de un auto importado para no incluirlo en los bienes gananciales de su primer divorcio; la compra de 18 cero kilómetro sin licitación cuando era ministro de Economía; el uso indebido de avionetas y helicópteros de un empresario del juego y su responsabilidad en el pago de más de $ 7 millones a The Old Fund para reestructurar la deuda de la provincia de Formosa con el Estado Nacional.

“Esto no da para más. Amado es indefendible. De hecho, ya no hay casi nadie que acepte dar la cara por él. Es mejor terminar esto cuanto antes que soportar el goteo y la agonía de acá hasta el final del mandato””, explicó, en estricto off the record, un integrante del gabinete que no quiere nada al vicepresidente.

Él, igual que las tres o cuatro personas que hablan con Cristina Fernández casi todos los días, cree que la salida es un pedido de licencia. “”Descomprimiría la situación de inmediato. Dentro y fuera del Gobierno. En el Senado, donde el clima es irrespirable. Y en el Partido Justicialista, donde los gobernadores y los precandidatos a Presidente se empiezan a preparar para la campaña electoral de 2015″”, analizó la misma fuente.

Hasta la semana pasada, la versión de que Jorge Capitanich se había reunido con Boudou para decirle que su licencia o su renuncia no eran una opción porque la Presidenta no estaba pensando en eso era tomada como palabra santa.

Ahora, esa información fue sepultada por otra conjetura: la que sugiere que Zannini será el que hablará con el vice, en los próximos días o las próximas horas, para pedirle que se tome una licencia, hasta que se aclare su situación judicial.

Esto es exactamente lo que piensa, por ejemplo, el senador nacional Aníbal Fernández, uno de los que quiere competir en las PASO como candidato a presidente por el Frente para la Victoria. “”Debería ser más hombre y más agradecido. Dejar de esconderse bajo la protección de la Presidenta y dar un paso al costado, en agradecimiento por todo lo que Cristina lo bancó. Si Amado no es ingenuo, y supongo que no lo es, debería estar pensando menos en él y más en el daño que le está haciendo al Gobierno y a Cristina””, palabras más, palabras menos, es lo que opina el exjefe de gabinete.

El único soporte de Boudou
Hasta la semana pasada, tanto la jefa de Estado, como el Vicepresidente y la mesa chica que contiene a Cristina Fernández, tenían una pequeña esperanza. Suponían que la Sala I de la Camára Federal podía, en ajustada mayoría de dos contra uno, dar vuelta el procesamiento dictaminado por el juez Ariel Lijo, o aliviar, de alguna manera, la sospecha de que Boudou era el dueño en las sombras de la máquina de imprimir billetes oficiales.

“”También desde la Cámara recibieron malas noticias””, me explicó un fiscal que conoce como pocos los movimientos de sus colegas en Comodoro y. Según él, ni siquiera Eduardo Farah, el camarista más proclive a fallar de acuerdo a lo deseos del gobierno, está dispuesto a inmolarse ante sus colegas y ante la opinión pública. “”Todos se sienten demasiado expuestos. Y la cantidad y la calidad de la prueba que presentó Lijo es demasiado abrumadora como para desarmarla con argumentos lógicos y de técnica procesal””, agregó el fiscal federal.

“”A mí, de la cancha, no me van a sacar””, repetía Boudou antes de su viaje a Honduras y Cuba. Decía contar con el apoyo de la Presidenta. Recordaba su iniciativa de estatizar a las AFJP y poner a disposición los fondos de los jubilados para hacer política social. Se remontaba al histórico triunfo con el 54% de los votos que obtuvo el Frente para la Victoria en las últimas elecciones presidenciales. Anunciaba que tarde o temprano probaría que todo es una enorme conspiración política, tramada desde adentro del Partido Justicialista, por quienes nunca le perdonaron haber llegado donde llegó en tan poco tiempo.

Pero ahora no habla ni siquiera con los más cercanos. Solo espera que la Presidenta no le baje el pulgar, porque sabe que se trata del único apoyo efectivo que le queda. “”Ella nunca me va a pedir que me vaya, porque sabe que esto no me impacta solo a mí”, se cansó de repetir, Boudou, antes de su procesamiento.

Ese mensaje cifrado es ahora la única duda que tienen los que ya le sugirieron a la jefa de Estado que deje de sostenerlo. ¿Sería capaz el Vicepresidente de prender el ventilador y decir que nunca podría haber impulsado semejante movida sin la autorización explícita o implícita de la máxima autoridad del gobierno?

Publicado en El Cronista

Cuánto soportará el Gobierno el lastre de Boudou?

¿Cuánto tiempo puede durar un gobierno, sin soportar una grave crisis política, con un vicepresidente en ejercicio procesado y acusado de un gravísimo delito como el de recibir coimas? Un analista avispado y optimista respondería: puede durar todo lo que quiera, siempre y cuando se asegure que una noticia más impactante y actual tape a la del procesamiento. Pero sería un análisis superficial. Porque el Mundial de Brasil, aunque el seleccionado argentino le gane al local, en el Maracaná en tiempo de descuento, terminará, de manera indefectible, el domingo 13 de julio. Y el lunes 14 la inflación seguirá impactando en el bolsillo, la recesión se hará un poco más palpable y el miedo a perder el trabajo volverá a aparecer, como una preocupación esencial, en casi todas las encuestas cualitativas.

¿Y qué otra noticia gravitante podría servir para quitar de la agenda, aunque sea por un tiempo, el escándalo de Boudou? Algunos cerebros del Gobierno consideran que sólo una intensa pelea política contra los fondos buitre les podría conceder ese tiempo de respiro que tanto necesitan. El problema de esta iniciativa es hasta dónde la administración nacional está dispuesta a “forzar la máquina”. Hasta ahora, el juego del gato y el ratón con el juez Thomas Griesa está resultando relativamente bien. Desde la comunicación oficial, se pretende transmitir la sensación de que “el proyecto nacional y popular” no se va a poner de rodillas ante el juez y los holdouts. Desde la práctica, parece cada vez más claro que la Argentina se sentará a negociar y que terminará pagando al 7% de los acreedores que no ingresaron en la reestructuración de la deuda. Cuánto, cuándo y de qué manera, todavía está por verse.

Los mercados y los negociadores parecen diferenciar de forma muy clara el cacareo de los gestos tangibles. Las pintadas contra el imperialismo en las paredes, de la voluntad real de sentarse primero a pactar y enseguida a pagar. Por lo tanto, la idea de reemplazar el proceso contra el vicepresidente con la guerra virtual contra Griesa y los fondos buitre, desde el punto de vista de la comunicación política, también parecería tener patas cortas. Es más: lo que se viene, lo que se impone, lo que parece inevitable, es que los medios críticos les sigan sacando el jugo a los aspectos más sorprendentes de los juicios contra Boudou. Sólo para dar un par de ejemplos: cualquier colega, veterano de Comodoro Py que haya leído las 333 fojas del procesamiento firmado por Ariel Lijo coincidirá en destacar la cantidad de evidencias que, según el juez, parecen condenar al vice. Y cualquiera que las haya leído con detenimiento también coincidirá en que se trata de un material periodístico invalorable y de alto impacto.

Sólo el 10% de la declaración indagatoria que le tomaron a Guillermo David Reinwick el pasado 12 de junio podría ser parte de una trama de una película de suspenso. Allí, el yerno de Nicolás Ciccone cuenta con lujo de detalles las amenazas de José María Núñez Carmona, socio de Boudou y uno de los más complicados en el escándalo. Lijo primero las describió de manera casi didáctica. Pero después eligió transcribir la última parte de manera textual, para hacerla más intensa. Vale la pena detenerse en ella. Reinwick le contó al juez que hace poco más de un año Núñez Carmona lo citó en una pizzería, llamada Cala, que queda en una esquina frente al Club Atlético San Isidro (CASI). Que minutos después, como la pizzería estaba cerrada, Núñez le propuso que se vieran en un café “que estaba en la Marina”. Reinwick explicó que cuando llegó al lugar se encontró con el café de la Marina también cerrado y que entonces recibió al mismo tiempo una nueva llamada del socio del vicepresidente, quien le pidió que siga caminando hacia el “pasillo de los barcos” hasta toparse con el último. Reinwick relató que no bien entró al barco, Núñez lo empezó a amenazar. Pretendía que firmara unos papeles para hacerse cargo de la titularidad de The Old Fund y que no siguiera hablando “de más” para que no quedara la sensación de “que quería voltear a un presidente”. El empresario gastronómico sostuvo que Núñez lo amenazó así: “Te lo voy a decir clarito; yo voy a tu casa de Pacheco y le meto un tiro a un hijo tuyo. Vos tocás al vicepresidente, y yo le meto un tiro a un hijo tuyo”. Reinwick testimonió que se dio vuelta, oyó que Núñez lo seguía y que, en ese momento, lo único que esperó es que le pegara un tiro.

Pero eso no es todo. Como tampoco la causa ex Ciccone es el único problema que tiene Boudou. Porque Lijo también tiene en sus manos la denuncia por enriquecimiento ilícito contra el mismo vice, y los periodistas que conocen parte del expediente dicen que parece tanto o más sustancioso que el de la imprenta que la Presidenta decidió estatizar. ¿Qué gobierno podrá evitar que la comparecencia casi constante de Boudou en los tribunales de Comodoro Py se transforme en una saga insoportable, incluso peor que la del ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, o la ex superfuncionaria de Carlos Menem, María Julia Alsogaray? Al vicepresidente, en público, casi nadie lo defiende. Los influyentes Carlos Zannini y Máximo Kirchner ya le dijeron a la Presidenta que el desgaste cada vez será mayor y que habrá un momento en que se tornará irreversible.

A todo el Gobierno le preocupa cada vez más que se alimente la conjetura de que la jefa del Estado estaba al tanto, incluso, de los detalles más oscuros del negocio. La teoría de Cristina que sugiere que no debe entregar a su compañero de fórmula porque después irán por Ella es tan discutible como la idea de tapar una mala noticia con otra más ruidosa y “convocante”. Si tuviese bien aceitados sus canales de diálogo con los jueces federales más veteranos de Comodoro Py, si conociera un poco a los cuatro o cinco que marcan el ritmo de las investigaciones, sabría que a Ella también la están esperando. Y que la posibilidad de que la empiecen a investigar a fondo no depende de la suerte de Boudou, sino de lo prolija que haya sido con su firma y de la voluntad política del magistrado en cuestión.

El fuerte cambio de clima comenzó, precisamente, cuando Boudou logró apartar de la causa al juez Daniel Rafecas, al fiscal Carlos Rívolo y obligó a renunciar al procurador general Esteban Righi. La tormenta que se destapó a partir de entonces en Comodoro Py fue un aprendizaje que ningún fiscal o juez federal olvidará jamás. Algunos de ellos se juramentaron impedir que los humillen y los avasallen, de por vida.

La resistencia activa de quienes se oponen a que José María Campagnoli sea desplazado de su cargo no debería ser subestimada ni por la Presidenta ni por su mesa chica. Hay un clima muy favorable para la creación de un Mani pulite y una Conadep de la corrupción. Sostener a Boudou en medio de semejante tormenta no sólo parece ingenuo, sino también suicida.

Publicado en La Nación