Cómo incursionar en el mundo de la comunicación y no enloquecer en el intento, según cuatro profesionales que viven de ello
Cuatro profesionales comparten sus consejos para sobrevivir entre la escritura, edición y búsqueda de fondos para los medios que fundaron.
Ser emprendedor, en cualquier área —sea un negocio de dulces de chocolate o de joyas artesanales— es un reto. Ser emprendedor y ser periodista, es un reto más grande. ¿Por qué? Ser emprendedor demanda dedicarle un 101% a vender o financiar lo que has creado. Ser periodista demanda dedicarle un 101% a la reportería, edición, investigación y un largo etcétera. Luz Mely reyes, fundadora de Efecto Cocuyo, dice que un periodista emprendedor trabaja, en promedio, 16 horas al día. “Incluidos los fines de semana, no descansamos porque las noticias nunca dejan de ocurrir”.
Combinar al emprendimiento con el periodismo parecería una locura pero es cada vez más frecuente en el mundo. Solo en el directorio de SembraMedia —que agrupa medios nativos digitales independientes en español de América Latina, Estados Unidos y España— están registrados 775. Entonces, podríamos decir que son casi 800 profesionales que decidieron ser independientes y ahora no solo reportean, escriben, editan y coordinan proyectos periodísticos sino también administran, dirigen un equipo, y buscan fuentes de ingresos para que su medio sea sostenible.
En este camino a la sostenibilidad es necesario encontrar un equilibrio —entre la parte periodística y administrativa— para evitar el colapso. O dicho de una manera más precisa: como periodistas emprendedores, es necesario cuidar nuestra salud para evitar complicaciones como el burnout syndrom.
¿Qué es el síndrome de burnout?
En su clase Síndrome de burn out y estrés laboral en emprendedores, el psicólogo y consultor Andrés Aronowicz lo describe como “un trastorno adaptativo asociado con el inadecuado afrontamiento con las demandas psicológicas del trabajo que altera la calidad de vida de la persona que lo padece y afecta negativamente en la calidad de la prestación de servicios”.
Muchos periodistas emprendedores lo experimentan pero Andrés dice que es importante poder identificarlo y diferenciarlo del estrés laboral (más leve pero no menos importante). En su clase, Andrés dice que los trabajos que implican más vocación, como el periodismo, son los más propensos para este síndrome que se empezó a estudiar en médicos (por sus largas guardias y exceso de responsabilidades).
Haz click en la imagen para leer más sobre la clase para evitar el síndrome de burnout y combatirlo si es que lo estás sufriendo.
Hoy se estima que 1 de cada 8 periodistas pueden llegar en algún punto de su carrera a padecer del síndrome de burnout.
Laura Zommer —directora ejecutiva y periodística de Chequeado en Argentina—, Orus Villacorta —fundador de Factum en El Salvador—, Luz Mely Reyes y Ernesto Aroche —fundador de Lado B en México— no han sufrido el síndrome de burnout pero coinciden en que ser periodista y emprendedor es un reto que desafía su salud física y mental. ¿Por qué? Porque el periodista quiere ejercer su oficio pero sabe también que necesita vivir de eso y como emprendedor, esa responsabilidad recae en él o ella. “Implica una dificultad porque las dos actividades son muy demandantes y celosas con el tiempo que requieren cada una”, opina Ernesto.
Los consejos de los cuatro
“El desafío es que, en general, siempre tenemos que ver cómo administrar el tiempo para no dejar de hacer lo que amamos, en mi caso, hacer periodismo, y poder sostenerlo. En ese sentido, el tiempo que uno invierte tanto en buscar formas de financiamiento, generar alianzas, desarrollar capacidad institucional en el equipo, desde mi punto de vista contribuyen a que podamos hacer el periodismo que queremos”, dice Laura de Chequeado. Y agrega que siempre hay tensión entre las labores institucionales y periodísticas pero cree que la clave está en encontrar el equilibrio entre ambas.
Para evitar problemas como el estrés excesivo o caer en un problema aún mayor como el síndrome de burnout, Laura tiene dos “secretos”. El primero es practicar yoga. “Es de las pocas cosas que no resigno. Trato de no poner reuniones ni charlas en los días de mi práctica y soy en eso cuidadosa”. El segundo es tener un equipo con el que puede compartir las angustias, los desafíos, las frustraciones y las alegrías. Para Laura es importante tener, dentro o fuera del emprendimiento, un consejero que nos escuche pero que también que sea honesto y nos diga lo que no queremos escuchar.
Luz Mely, de Efecto Cocuyo, dice que su manera de evitar el estrés entre su rol de periodista y emprendedora es llevar una agenda siempre. “El único tip para no colapsar es tratar de delegar a los distintos miembros del equipo —que son muy buenos— tareas en algunas áreas que me gustaría participar, pero sé que no puedo hacerlo por tiempo”. Luz Mely dice que procura descansar “en el momento que tiene que descansar” pero que aunque intenta cumplir con esa premisa, siempre trabaja más de la cuenta.
A diferencia de Luz Mely y Laura, Ernesto dice que no cree que tiene un tip para evitar ese síndrome de burnout que amenaza a los periodistas emprendedores, pero sí hay ideas que lo motivan para seguir (y que las tiene presentes). “Está el tema de saber que en esto hay mucha pasión e interés en mantener el espacio periodístico alejado de las formas tradicionales de hacer periodismo, en la forma de la narrativa, en la forma en que se presenta, en los temas que buscamos, pero también en la manera en que financiamos estos medios”. Su recomendación para quienes estén interesados en iniciar un proyecto periodístico como un emprendimiento es que tenga mucha claridad “hacia dónde quiere llegar, cuáles son los objetivos para no perderse en el camino, y saber que al final del arcoiris está esa olla de oro. Es decir, siempre hay recompensas que nos van llevando más allá, y no son recompensas solo materiales”.
Orús dice que en los tres años que lleva Factum han aprendido, cometido bastantes errores, pero de todos han aprendido. “Mi tip es tener bien claros cuáles son los límites de lo que cada quién puede realizar”. Y pone como ejemplo la organización de los tres que conforman el equipo y cómo se dividen las funciones de acuerdo a sus capacidades. “Uno de los tres miembros que dirigimos la revista no tiene mucho conocimiento técnico sobre programación, diseño, y mantenimiento del sitio, pero yo sí entonces creamos un límite: estas cosas las tengo que atender yo. Él, en cambio, tiene la red de contactos muy grande en Estados Unidos con distintas fuentes de financiamiento”. Y agrega que esos límites se respetan y permiten que las actividades de la revista fluyan.
“El gran secreto para no colapsar cuando uno funda un medio nuevo es delegar funciones y separar responsabilidades porque es muy común que uno quiera atender todas las cosas, estar al tanto de todo, y eso simplemente no es posible”, concluye Orús.