¡HOY! Liniers en Proyecto Alma

Hoy Martes 26 de Julio a las 19 horas se presentará una nueva sesión de Proyecto Alma  en Margen del Mundo

Ricardo Siri “Liniers” es un  historietista argentino conocido por ser el autor de Macanudo y de otras obras.  Empezó haciendo fanzines y desde el 2001 publica su tira en el diario La Nación. Tiene publicados mas de 20 libros donde se recopilaron sus mas de 3600 historietas (Macanudo 1 al 10), además de 2 libros para chicos (Lo que hay antes que haya algo y Mamarracho) y uno sobre sus cuadernos de bocetos (Cuadernos).

Proyecto Alma es una serie de entrevistas, abiertas al público, que tienen como objetivo llegar a la profundidad del alma de las figuras públicas que marcan tendencia. El contenido audiovisual va a ser publicado en el canal online Margen del Mundo TV que está en construcción y que va a estar alojado en nuestra página web www.margendelmundo.com.ar.

Entrada gratuita con cupos limitados. RESERVA OBLIGATORIA

Dirección: Margen del Mundo, Concepción Arenal 4865, CABA.

Reserva gratuita

 

Se inauguró el Bistró de los Periodistas

Margen del Mundo suma al espacio una propuesta gastronómica de calidad a un precio razonable. Lo diseñamos con la ayuda del gran Pietro Sorba, una de las voces más calificadas en el mundo gastronómico, y Carlo Contini, reconocido consultor culinario.

{youtube}scZHBQSApMQ{/youtube}

 

Es un bistró, llamado Bistró de los Periodistas, con comida rica y sana para vivir una experiencia gastronómica diferente.

El menú es ágil y tentador. Impecables cafés expreso, cappuccino y pastelería te van a “endulzar” la mañana. Wraps de autor, tostados gourmet, tartas saladas, ensaladas, pastas al estilo italiano, platos vegetarianos y por supuesto las propuestas del día que ofrecen variedad, frescura y productos de temporada elaborados con técnica y conocimiento.

 

                                                                                               MENÚ:

             

Se inauguró el Bistró de los Periodistas

Margen del Mundo suma al espacio una propuesta gastronómica de calidad a un precio razonable. Lo diseñamos con la ayuda del gran Pietro Sorba, una de las voces más calificadas en el mundo gastronómico, y Carlo Contini, reconocido consultor culinario.

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Es un bistró, llamado Bistró de los Periodistas, con comida rica y sana para vivir una experiencia gastronómica diferente.

El menú es ágil y tentador. Impecables cafés expreso, cappuccino y pastelería te van a “endulzar” la mañana. Wraps de autor, tostados gourmet, tartas saladas, ensaladas, pastas al estilo italiano, platos vegetarianos y por supuesto las propuestas del día que ofrecen variedad, frescura y productos de temporada elaborados con técnica y conocimiento.

 

                                                                                               MENÚ:

             

El documental es un género más complejo que la ficción

Gustavo Noriega y Marcelo Panozzo autores del libro 40.doc, fueron entrevistados por el portal web www.infobae.com y explicaron por qué el documental es un género más complejo que la ficción y cómo durante el kirchnerismo el Estado condicionó el abordaje de ciertas temáticas

Durante el año pasado, una selección de documentales argentinos “imprescindibles” fue exhibida en el marco de un ciclo que organizó el espacio Margen del Mundo. Esa lista, confeccionada por el periodistaGustavo Noriega y el hoy director de la Usina del Arte, Marcelo Panozzo, luego daría lugar al libro 40.doc, que la editorial distribuye en estos días.

En la Introducción, los autores remarcan que la nómina no se compone de las películas que ellos consideran mejores sino de aquellas que por algún motivo resultan insoslayables. A través de textos breves y accesibles y una serie de entrevistas, la publicación busca, como dirán los responsables en esta entrevista, trazar una cronología del documental argentino a partir del país.

—¿Cómo fue el proceso de selección, teniendo en cuenta que fue un trabajo conjunto y que no es una lista de mejores películas, algo que uno podría pensar que hubiera sido más fácil de hacer?

Gustavo Noriega: Yo creo que es al revés. El hecho de que no sean las mejores te da mucha más libertad. Me parece más fácil hacer una lista como la nuestra que una lista de las mejores, que termina siendo muy canónica y tenés que poner cosas muy previsibles. Además, siempre te van a empezar a discutir… Y es un número generoso 40. Entonces en una filmografía no tan grande como la argentina en documentales, terminabas poniendo como ‘mejores’ películas que mucha gente te iba a criticar. En cambio, con este criterio me parecía que se hacía algo…

—¿Menos cuestionable?

GN: Menos cuestionable. Por eso digo, es más fácil. Pero no lo elegimos por más fácil, sino porque nos parecía mejor la idea de que contara algo la selección de películas. Y sobre todo porque queríamos meter ahí películas que obviamente no eran buenas, pero de las cuales era interesante hablar.

Marcelo Panozzo: Nos hacés una pregunta relacionada con las dificultades y fue justo lo contrario. Hacerla de a dos también fue más fácil. Por momentos pensaba: “Si tuviera que estar haciendo esto solo se me escaparían 25 películas…”. Tengo un recuerdo muy luminoso, muy gozoso de la confección de la lista.

GN: En realidad elegir las 40…

MP: …fue lo más divertido.

GN: Es lo más divertido. Además, porque vas viendo la lista, la interacción entre ellas. Y cómo saltás de hablar del país en los últimos 50 años a un tipo que junta chatarra. Esos cambios son muy lindos de verlos todos juntos.

Portada de “40.doc” (Margen del mundo, 2016)

—¿Por qué les interesaba en particular el documental? En la Introducción hablan de una intención de “trazar la historia del país”; ¿esta idea está vinculada con la relación que mantiene el género con la realidad?

GN: Yo soy muy fan de los documentales. De hecho, cada vez me interesan menos las ficciones. Y de las ficciones me gusta el registro, lo que capta…

—Tomando esta idea de “registro”, se podría haber hecho la lista con 40 de ficción, ¿no?

GN: Se puede hacer, sí.

MP: Yo pienso que el libro, si tiene una virtud, es la de contar no la historia del país a través del género sino la historia del género a partir del país. Me parece que estábamos más interesados en las obras que en el marco. El marco finalmente fue definido por las obras. Pero el entusiasmo tenía que ver con el documental, con un género que mucho tiempo estuvo encapsulado en unos preconceptos medio raros, inútiles. Que luego se fue a otro extremo, a una especie de vale todo que por momentos no es muy productivo, y que en el medio va encontrando un equilibrio y unas voces que hacen que en los últimos 10 o 12 años tenga algunas películas de mucho valor. Me parece que los últimos años del documental argentino, mas allá de que los sucesos que relatan tal vez no son de un peso histórico importante, son los más importantes en términos cinematográficos.

—¿Creen que de alguna manera se lo considera un género menor? No es raro escuchar a quienes hacen una distinción entre película y documental.

GN: Hay dos tipos de público. Teníamos el riesgo de estar restringidos al público BAFICI, que es un público muy entrenado, que sabe ver documentales. Pero no nos interesaba hacer un libro para esa gente, sino que la idea justamente era alertarle a cualquier ciudadano curioso que el documental es una cosa muy variada, que tiene una variabilidad estética interna mucho más grande que la ficción. Que casi siempre son interesantes, que hasta los malos documentales tienen algo de interés, porque están rescatando algo de la realidad, aunque sea de una manera torpe. Y que son fascinantes. Y que el documental no es el clásico que se ve en canales de televisión -que a mí me encantan-. Hay una variabilidad y unas posibilidades estéticas y narrativas diferentes y muy interesantes.

MP: Sí, el cine le da una densidad diferente que la que le puede dar la televisión. La distinción entre película y documental es hermosa. Ahora nos da risa, pero sigue pasando. No hace tanto tiempo fui jurado en un festival de cine y estaba desesperado por premiar a Los rubios como mejor película, porque la competencia mezclaba ficción y documental. Dos miembros del jurado me dijeron: “Pero es un documental, no lo podemos premiar”. Hay una especie de cerrazón que a veces es difícil de franquear. El libro tiene esto también. Hay un círculo que se nuclea en torno a determinadas proyecciones, en torno a un festival extraordinario como el Doc Buenos Aires o que busca documentales en el BAFICI que ya está. Pero está bueno ver si se puede llegar un poco más allá porque las películas lo valen.

“La fiesta de todos”, dirigida por Sergio Renán

—”La fiesta de todos” es una película que ustedes, al igual que muchos, califican de infame e indefendible. Más allá de que la condena es también estética, ¿consideran que alguien podría pensar que se la trata injustamente y que se la valora más por lo que representa que por lo que es en sí?

—GN: Me parece interesante parar un rato, volver a verla, analizarla y darte cuenta de que es una película que es muy mala estéticamente. Es un remedo de cosas de televisión. El material era originado por los brasileños, no tenía intenciones de ser esa película. Hay sketches televisivos… Pero tenía varias cosas interesantes. Lo más interesante no era señalar a la gente que trabajó en el documental -particularmente a Sergio Renán- como culpables o cómplices, sino cómo esa gente, presumiendo que eran intachables -muchos de ellos efectivamente lo eran- pensaban que podían hacer una película en la cual se celebraba el Mundial 78 y el momento político de la Argentina y que eso no era una cosa que iba a ser nunca pecaminosa en sus currículums. Eso es fascinante.

MP: Sí, dice más sobre la época que sobre la película en sí misma.

GN: Exactamente. El documento que es eso, gente muy respetable participando de eso -y con algunos discursos realmente espantosos-, es muy interesante. Pero no para señalarlos, sino para decir: así era la sociedad. Así pensaba la Argentina en 1978 y 1979.

Sergio Renán, fallecido en 2015

MP: Lo que lamentamos del libro es no haber podido llegar a hablar con Renán, que murió mientras se estaba haciendo el libro. Pero en principio nos había respondido como un caballero.

GN: Muy elegantemente.

MP: Como un caballero de Racing, diciéndonos: “Se imaginarán que ver rescatar esto de mi filmografía no es lo que más feliz me hace, pero puedo hablar de la película sin ningún inconveniente”.

GN: Sí: “Entiendo que hayan seleccionado la película, pero cuando quieran nos juntamos”. Él decía cosas que no eran absolutamente ciertas sobre la película, pero también es cierto que Videla aparece muy poco. La película va por otro lado y las marcas de época más siniestras están entre líneas. Y eso me parece que es lo más interesante.

MP: Además, como artefacto de propaganda es un disparate. Te diría que inútil.

GN: Sí, es monstruosa, pero es muy interesante verla.

—Mucho se discutió sobre si, en sus películas de ficción, los cineastas de la generación del Nuevo Cine Argentino dieron la espalda a la política durante la década del 90 o si se encargaron de tratar algunas de estas cuestiones, solo que de una manera más liviana que en los 80. ¿Qué ocurrió en este sentido con el documental?

GN: El documental acompañó la irrupción del Nuevo Cine Argentino en la mitad de la década del 90. Y de alguna manera acompañó la libertad estética que el NCA tenía. Se liberaba de un montón de ataduras y al documental le pasaba lo mismo. De hecho, muchos chicos que participaban en ficciones hicieron documentales. Y también comparte esa idea de no hacer documentales políticamente pesados, con bajadas de línea muy importantes. Hay películas súper interesantes, como Ciudad de María, que es de Enrique Bellande, un producto de la nueva generación nacida en los 90.

MP: Bonanza.

GN: Bonanza también. Son películas que pueden tener una lectura política mucho mas refinada, oblicua, y menos ostensible que una película argentina hecha de la mitad de la década del 90 para atrás. Así que me parece que es bastante parecido. Y que esa carencia de política es una acusación tan injusta en el documental como en la ficción.

MP: Incluso en el desarrollo posterior, en los 2000, durante el kirchnerismo, se juntan de algún modo las dos vertientes: películas que son más remarcadas políticamente, más vulgares; y obras políticamente y estéticamente mucho mas sofisticadas que responden al desarrollo de eso que empieza en los 90.

—En la Argentina, el cine depende en gran medida del Estado. Quería saber cómo esto condicionó, en los últimos 12 años, las temáticas abordadas en los documentales. O, formulado de otra manera: ¿hubo temas de los que no se habló?

GN: Hubo temas de los que no se habló pero, si bien hubo ciertas facilidades para ciertas temáticas y para otras no, tampoco creo que haya una multitud de cineastas que quieran mirar a los montoneros desde un lugar crítico, para darte un ejemplo. Me parece que son gente muy al margen. Nosotros ponemos una.

—La película de Pablo Racioppi (“El Diálogo”)

GN: La película de Racioppi, y también en la última que aparece, “Los valientes de Formosa”, de Sandro Rojas Filártiga, que no puede poner un pie en un festival ni en el INCAA, porque es una película que refleja a los soldados que estaban en Formosa cuando atacaron los montoneros. Es una película terriblemente disruptiva. Estéticamente está al nivel de las demás. Y todas las personas que aparecen en la película fueron conscriptos en 1974, gente totalmente inobjetable. Pero el solo hecho de que los villanos de la película sean los montoneros y no la Dictadura pone a la película en un lugar de invisibilidad total. Pero no es que hubo 200 cineastas que querían hacer esa película y el INCAA no se los permitió. Hubo uno y naturalmente lo hizo por el costado.

MP: Ademas, hacer documental es más fácil por fuera del INCAA que llevar adelante una ficción de cierta magnitud. Un documental se puede hacer. Hay un montón de ejemplos de documental fuera del sistema que son relativamente más fáciles de financiar.

—¿Por qué creen que el kirchnerismo pensó que era necesaria una película como “NK, la película”?

GN: El kirchnerismo, sobre todo en ese momento, era una máquina hagiográfica. Incluso, hacer la película era posicionarse dentro del kirchnerismo. Esa era la idea de (Fernando) “Chino” Navarro y de (Jorge) “Topo” Devoto, que fueron los productores. Era una película que estaba pensada para que la viera Cristina (Kirchner) y que le gustara. Cuando vieron el corte que hizo (Israel Adrián) Caetano, les pareció que eso no le podía gustar, porque era una película más cruda. Era un problema estético y no ideológico el problema que tenía.

—¿Era más ambigua?

GN: Era estéticamnete cruda. Si te mostraba un material de noticiero, te mostraba antes del corte y después del corte. Y no había una cosa de endulzar la mirada, pero la película era claramente celebratoria de Néstor Kirchner.

 —Pero había una manera de hacer una buena película de propaganda.

MP: Siempre hay una manera de hacerlas bien.

GN: Leni Riefenstahl hizo historia haciendo películas de propaganda.

MP: En este caso me imagino que lo que querían era un tsunami de climax.

GN: Que es lo que es la película de Paula de Luque. En esa película caen flores del cielo, es una cosa bochornosa en cualquier época. Ellos pensaban que había que hacer esa película para posicionarse.

—Te referís a los productores.

GN: ¡Ellos, claro! Es tan demencial ese proyecto… La película se hace dos veces para que dos personas queden bien con una: es uno de los dispendios más grandes de plata de Occidente. Una película para que dos personas queden bien con una. Contrataron a dos directores, rodaron 180…

 

—Tampoco había un interés por seducir al público.

GN: No tenía la menor importancia el espectador. Si cuando estrenaron la de De Luque compraron las entradas y los cines estaban vacíos… Las intendencias compraban entradas. El primer jueves hizo más espectadores que el sábado. Es un proyecto tan disparatado que es un gran reflejo del clima de demencia que se vivió en algunos sectores del kirchnerismo.

—¿Había una manera de que no fuera un fracaso?

GN: ¿Un fracaso en qué sentido?

—De que el resultado no fuera algo completamente olvidable.

MP: Lo podemos contraponer con otro proyecto demencial que está en el libro, que es el documental de (Leonardo) Favio sobre Perón. Tenés dos proyectos demenciales. Uno levanta vuelo, por motivos que no tienen que ver con la taquilla, y el otro va a pasar al olvido salvo por esta anécdota disparatada de haber hecho dos películas para complacer a una sola persona.

GN: Y realmente la película de Favio es una película que está al borde del fanatismo y es una obra de arte extraordinaria. Así que me parece que la respuesta la dio Favio.

En la Introducción, los autores remarcan que la nómina no se compone de las películas que ellos consideran mejores sino de aquellas que por algún motivo resultan insoslayables. A través de textos breves y accesibles y una serie de entrevistas, la publicación busca, como dirán los responsables en esta entrevista, trazar una cronología del documental argentino a partir del país.

—¿Cómo fue el proceso de selección, teniendo en cuenta que fue un trabajo conjunto y que no es una lista de mejores películas, algo que uno podría pensar que hubiera sido más fácil de hacer?

Gustavo Noriega: Yo creo que es al revés. El hecho de que no sean las mejores te da mucha más libertad. Me parece más fácil hacer una lista como la nuestra que una lista de las mejores, que termina siendo muy canónica y tenés que poner cosas muy previsibles. Además, siempre te van a empezar a discutir… Y es un número generoso 40. Entonces en una filmografía no tan grande como la argentina en documentales, terminabas poniendo como ‘mejores’ películas que mucha gente te iba a criticar. En cambio, con este criterio me parecía que se hacía algo…

—¿Menos cuestionable?

GN: Menos cuestionable. Por eso digo, es más fácil. Pero no lo elegimos por más fácil, sino porque nos parecía mejor la idea de que contara algo la selección de películas. Y sobre todo porque queríamos meter ahí películas que obviamente no eran buenas, pero de las cuales era interesante hablar.

Marcelo Panozzo: Nos hacés una pregunta relacionada con las dificultades y fue justo lo contrario. Hacerla de a dos también fue más fácil. Por momentos pensaba: “Si tuviera que estar haciendo esto solo se me escaparían 25 películas…”. Tengo un recuerdo muy luminoso, muy gozoso de la confección de la lista.

GN: En realidad elegir las 40…

MP: …fue lo más divertido.

GN: Es lo más divertido. Además, porque vas viendo la lista, la interacción entre ellas. Y cómo saltás de hablar del país en los últimos 50 años a un tipo que junta chatarra. Esos cambios son muy lindos de verlos todos juntos.

Portada de “40.doc” (Margen del mundo, 2016)

—¿Por qué les interesaba en particular el documental? En la Introducción hablan de una intención de “trazar la historia del país”; ¿esta idea está vinculada con la relación que mantiene el género con la realidad?

GN: Yo soy muy fan de los documentales. De hecho, cada vez me interesan menos las ficciones. Y de las ficciones me gusta el registro, lo que capta…

—Tomando esta idea de “registro”, se podría haber hecho la lista con 40 de ficción, ¿no?

GN: Se puede hacer, sí.

MP: Yo pienso que el libro, si tiene una virtud, es la de contar no la historia del país a través del género sino la historia del género a partir del país. Me parece que estábamos más interesados en las obras que en el marco. El marco finalmente fue definido por las obras. Pero el entusiasmo tenía que ver con el documental, con un género que mucho tiempo estuvo encapsulado en unos preconceptos medio raros, inútiles. Que luego se fue a otro extremo, a una especie de vale todo que por momentos no es muy productivo, y que en el medio va encontrando un equilibrio y unas voces que hacen que en los últimos 10 o 12 años tenga algunas películas de mucho valor. Me parece que los últimos años del documental argentino, mas allá de que los sucesos que relatan tal vez no son de un peso histórico importante, son los más importantes en términos cinematográficos.

—¿Creen que de alguna manera se lo considera un género menor? No es raro escuchar a quienes hacen una distinción entre película y documental.

GN: Hay dos tipos de público. Teníamos el riesgo de estar restringidos al público BAFICI, que es un público muy entrenado, que sabe ver documentales. Pero no nos interesaba hacer un libro para esa gente, sino que la idea justamente era alertarle a cualquier ciudadano curioso que el documental es una cosa muy variada, que tiene una variabilidad estética interna mucho más grande que la ficción. Que casi siempre son interesantes, que hasta los malos documentales tienen algo de interés, porque están rescatando algo de la realidad, aunque sea de una manera torpe. Y que son fascinantes. Y que el documental no es el clásico que se ve en canales de televisión -que a mí me encantan-. Hay una variabilidad y unas posibilidades estéticas y narrativas diferentes y muy interesantes.

MP: Sí, el cine le da una densidad diferente que la que le puede dar la televisión. La distinción entre película y documental es hermosa. Ahora nos da risa, pero sigue pasando. No hace tanto tiempo fui jurado en un festival de cine y estaba desesperado por premiar a Los rubios como mejor película, porque la competencia mezclaba ficción y documental. Dos miembros del jurado me dijeron: “Pero es un documental, no lo podemos premiar”. Hay una especie de cerrazón que a veces es difícil de franquear. El libro tiene esto también. Hay un círculo que se nuclea en torno a determinadas proyecciones, en torno a un festival extraordinario como el Doc Buenos Aires o que busca documentales en el BAFICI que ya está. Pero está bueno ver si se puede llegar un poco más allá porque las películas lo valen.

—”La fiesta de todos” es una película que ustedes, al igual que muchos, califican de infame e indefendible. Más allá de que la condena es también estética, ¿consideran que alguien podría pensar que se la trata injustamente y que se la valora más por lo que representa que por lo que es en sí?

—GN: Me parece interesante parar un rato, volver a verla, analizarla y darte cuenta de que es una película que es muy mala estéticamente. Es un remedo de cosas de televisión. El material era originado por los brasileños, no tenía intenciones de ser esa película. Hay sketches televisivos… Pero tenía varias cosas interesantes. Lo más interesante no era señalar a la gente que trabajó en el documental -particularmente a Sergio Renán- como culpables o cómplices, sino cómo esa gente, presumiendo que eran intachables -muchos de ellos efectivamente lo eran- pensaban que podían hacer una película en la cual se celebraba el Mundial 78 y el momento político de la Argentina y que eso no era una cosa que iba a ser nunca pecaminosa en sus currículums. Eso es fascinante.

MP: Sí, dice más sobre la época que sobre la película en sí misma.

GN: Exactamente. El documento que es eso, gente muy respetable participando de eso -y con algunos discursos realmente espantosos-, es muy interesante. Pero no para señalarlos, sino para decir: así era la sociedad. Así pensaba la Argentina en 1978 y 1979.

Sergio Renán, fallecido en 2015

MP: Lo que lamentamos del libro es no haber podido llegar a hablar con Renán, que murió mientras se estaba haciendo el libro. Pero en principio nos había respondido como un caballero.

GN: Muy elegantemente.

MP: Como un caballero de Racing, diciéndonos: “Se imaginarán que ver rescatar esto de mi filmografía no es lo que más feliz me hace, pero puedo hablar de la película sin ningún inconveniente”.

GN: Sí: “Entiendo que hayan seleccionado la película, pero cuando quieran nos juntamos”. Él decía cosas que no eran absolutamente ciertas sobre la película, pero también es cierto que Videla aparece muy poco. La película va por otro lado y las marcas de época más siniestras están entre líneas. Y eso me parece que es lo más interesante.

MP: Además, como artefacto de propaganda es un disparate. Te diría que inútil.

GN: Sí, es monstruosa, pero es muy interesante verla.

—Mucho se discutió sobre si, en sus películas de ficción, los cineastas de la generación del Nuevo Cine Argentino dieron la espalda a la política durante la década del 90 o si se encargaron de tratar algunas de estas cuestiones, solo que de una manera más liviana que en los 80. ¿Qué ocurrió en este sentido con el documental?

GN: El documental acompañó la irrupción del Nuevo Cine Argentino en la mitad de la década del 90. Y de alguna manera acompañó la libertad estética que el NCA tenía. Se liberaba de un montón de ataduras y al documental le pasaba lo mismo. De hecho, muchos chicos que participaban en ficciones hicieron documentales. Y también comparte esa idea de no hacer documentales políticamente pesados, con bajadas de línea muy importantes. Hay películas súper interesantes, como Ciudad de María, que es de Enrique Bellande, un producto de la nueva generación nacida en los 90.

MP: Bonanza.

GN: Bonanza también. Son películas que pueden tener una lectura política mucho mas refinada, oblicua, y menos ostensible que una película argentina hecha de la mitad de la década del 90 para atrás. Así que me parece que es bastante parecido. Y que esa carencia de política es una acusación tan injusta en el documental como en la ficción.

MP: Incluso en el desarrollo posterior, en los 2000, durante el kirchnerismo, se juntan de algún modo las dos vertientes: películas que son más remarcadas políticamente, más vulgares; y obras políticamente y estéticamente mucho mas sofisticadas que responden al desarrollo de eso que empieza en los 90.

—En la Argentina, el cine depende en gran medida del Estado. Quería saber cómo esto condicionó, en los últimos 12 años, las temáticas abordadas en los documentales. O, formulado de otra manera: ¿hubo temas de los que no se habló?

GN: Hubo temas de los que no se habló pero, si bien hubo ciertas facilidades para ciertas temáticas y para otras no, tampoco creo que haya una multitud de cineastas que quieran mirar a los montoneros desde un lugar crítico, para darte un ejemplo. Me parece que son gente muy al margen. Nosotros ponemos una.

GN: La película de Racioppi, y también en la última que aparece, “Los valientes de Formosa”, de Sandro Rojas Filártiga, que no puede poner un pie en un festival ni en el INCAA, porque es una película que refleja a los soldados que estaban en Formosa cuando atacaron los montoneros. Es una película terriblemente disruptiva. Estéticamente está al nivel de las demás. Y todas las personas que aparecen en la película fueron conscriptos en 1974, gente totalmente inobjetable. Pero el solo hecho de que los villanos de la película sean los montoneros y no la Dictadura pone a la película en un lugar de invisibilidad total. Pero no es que hubo 200 cineastas que querían hacer esa película y el INCAA no se los permitió. Hubo uno y naturalmente lo hizo por el costado.

MP: Ademas, hacer documental es más fácil por fuera del INCAA que llevar adelante una ficción de cierta magnitud. Un documental se puede hacer. Hay un montón de ejemplos de documental fuera del sistema que son relativamente más fáciles de financiar.

—¿Por qué creen que el kirchnerismo pensó que era necesaria una película como “NK, la película”?

GN: El kirchnerismo, sobre todo en ese momento, era una máquina hagiográfica. Incluso, hacer la película era posicionarse dentro del kirchnerismo. Esa era la idea de (Fernando) “Chino” Navarro y de (Jorge) “Topo” Devoto, que fueron los productores. Era una película que estaba pensada para que la viera Cristina (Kirchner) y que le gustara. Cuando vieron el corte que hizo (Israel Adrián) Caetano, les pareció que eso no le podía gustar, porque era una película más cruda. Era un problema estético y no ideológico el problema que tenía.

—¿Era más ambigua?

GN: Era estéticamnete cruda. Si te mostraba un material de noticiero, te mostraba antes del corte y después del corte. Y no había una cosa de endulzar la mirada, pero la película era claramente celebratoria de Néstor Kirchner.

Afiche de “Néstor Kirchner, la película”  (corte de Paula de Luque)

—Pero había una manera de hacer una buena película de propaganda.

MP: Siempre hay una manera de hacerlas bien.

GN: Leni Riefenstahl hizo historia haciendo películas de propaganda.

MP: En este caso me imagino que lo que querían era un tsunami de climax.

GN: Que es lo que es la película de Paula de Luque. En esa película caen flores del cielo, es una cosa bochornosa en cualquier época. Ellos pensaban que había que hacer esa película para posicionarse.

—Te referís a los productores.

GN: ¡Ellos, claro! Es tan demencial ese proyecto… La película se hace dos veces para que dos personas queden bien con una: es uno de los dispendios más grandes de plata de Occidente. Una película para que dos personas queden bien con una. Contrataron a dos directores, rodaron 180…

Afiche de “NK, la película” (Corte de Adrián Caetano)

—Tampoco había un interés por seducir al público.

GN: No tenía la menor importancia el espectador. Si cuando estrenaron la de De Luque compraron las entradas y los cines estaban vacíos… Las intendencias compraban entradas. El primer jueves hizo más espectadores que el sábado. Es un proyecto tan disparatado que es un gran reflejo del clima de demencia que se vivió en algunos sectores del kirchnerismo.

—¿Había una manera de que no fuera un fracaso?

GN: ¿Un fracaso en qué sentido?

—De que el resultado no fuera algo completamente olvidable.

MP: Lo podemos contraponer con otro proyecto demencial que está en el libro, que es el documental de (Leonardo) Favio sobre Perón. Tenés dos proyectos demenciales. Uno levanta vuelo, por motivos que no tienen que ver con la taquilla, y el otro va a pasar al olvido salvo por esta anécdota disparatada de haber hecho dos películas para complacer a una sola persona.

GN: Y realmente la película de Favio es una película que está al borde del fanatismo y es una obra de arte extraordinaria. Así que me parece que la respuesta la dio Favio.

 

 

“El crecimiento de los documentales en Argentina es exponencial”

Gustavo Noriega y Marcelo Panozzo presentaron el libro 40.doc (Una historia del documental argentino en 40 películas) junto al periodista Luis Novaresio, y la moderación de Luis Majul.

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En 40.doc, Gustavo Noriega y Marcelo Panozzo, periodistas y críticos de cine, seleccionaron 40 documentales argentinos como una forma de reconstruir la historia de estas películas en nuestro país, pero, fundamentalmente, porque han tratado de fomentar el género desde distintas trincheras.

El encuentro se realizó en el auditorio del multiespacio Margen del Mundo

Acerca de los autores

Gustavo Noriega se desempeñó varios años como técnico estadístico en el Indec. En 1991 fundó la revista El Amante, que dirigió hasta 2013. Creó también la Escuela de Crítica de Cine de El Amante, donde dictó la materia dedicada a los documentales. Escribió los libros Los rubios (un ensayo monográfico sobre la película de Albertina Carri), Indec, historia íntima de una estafa y Progresismo, el octavo pasajero. Hizo radio con Bobby Flores, Magdalena Ruiz Guiñazú y desde hace diez años es columnista de Luis Majul. Además, conduce Charlemos en Radio Nacional y Preferiría no hacerlo en La Oncediez.

Marcelo Panozzo se desempeñó como periodista especializado en música y cine en los suplementos juveniles de los diarios Sur y Página/12. Fue editor del suplemento “Sí!”, jefe de Espectáculos del diario Clarín y editor de la revista cultural adn del diario La Nación, además de colaborar en otras como El Amante, Rolling Stone o La Mano. Fue programador y encargado de publicaciones del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), muestra de la que fue director artístico entre 2012 y 2015.

 

 

 

40 textos de investigación periodística imprescindibles

Una biblioteca especialmente pensada para que disfrutes de los 40 textos esenciales de los últimos cuarenta años de periodismo.

Grandes editores de la Argentina eligieron los 40 textos de investigación periodística, crónicas, narraciones y ensayos que se escribieron en los últimos 40 años y que consideraron indispensables. 

Lo hicieron entre una lista de 330 libros presentada por los periodistas de Margen del Mundo. Con la selección de textos se conformó la sección Libros de Periodistas, la biblioteca que se encuentra en Margen del Mundo, en el marco de la muestra De Walsh a Lanata (40 años de periodismo argentino).

Los expertos consultados fueron Ignacio “Nacho” Iraola, director editorial de Planeta, Daniel Divinsky, fundador y director de Ediciones de La Flor, Guillermo Schavelzon, uno de los más reconocidos agentes literarios y Pablo Avelluto, ex director editorial de Random House Mondadori Argentina. Walsh, Sarlo, Sebreli, Lanata, Tomás Eloy Martínez, Bayer, José María Aricó, Martín Caparrós, Miguel Bonasso y Pablp Giussani son solo algunos de los autores presentes a través de sus textos elegidos. 

Vas a poder releer o descubrir los “esenciales” de los últimos cuarenta años mientras disfrutas de un café único, un blend creado especialmente para el Café de los Periodistas de Margen del Mundo.

 

 Ubicación (cómo llegar)

 

Lunes y viernes de 10 a 16 horas.

Concepción Arenal 4865 – Ciudad de Buenos Aires

Tel: 4857-1825

 

 

 

 

 

 

Milo Lockett en Proyecto ALMA

El jueves 14 de julio a las 18:30 horas Luis Majul entrevistará a Milo Lockett en una nueva sesión de Proyecto Alma.

Reserva previa llenando este breve formulario online–> (CLICK AQUÍ)

Entrada gratuita con cupos limitados.
Dirección: Concepción Arenal 4865, Chacarita, Ciudad de Buenos Aires.

“Proyecto ALMA” es una serie de entrevistas, abiertas al público, que tienen como objetivo llegar a la profundidad del alma de las figuras públicas que marcan tendencia. El contenido audiovisual va a ser publicado en el canal online Margen del Mundo TV, que está en construcción y va a estar alojado en nuestra página web www.margendelmundo.com.ar

Nuevas fechas en el “Taller de periodismo para chicos”

¡El próximo viernes 26 de agosto a las 18 horas vuelve el Taller de Periodismo para Chicos! La idea consiste en que niños y niñas entre 10 y 13 años  puedan aproximarse por 2 horas al ejercicio de una profesión que combina narración, inventiva y emociones.

En base a sus intereses, hobbies y vivencias, los chicos elegirán el tema que más le guste para investigarlo, producirlo y convertirlo en una noticia que grabarán en nuestros estudios de radio y televisión. Como cierre del encuentro, el Bistró de los Periodistas brindará una merienda también gratuita.

Duración: 2 horas

Dirección: Margen del Mundo, Concepción Arenal 4865, CABA.

ACTIVIDAD GRATUITA CON INSCRIPCIÓN OBLIGATORIA

 

 

 

Ezequiel Spillman presentó “La Otra Hechicera”

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Ayer en el auditorio de Margen del Mundo, se presentó el nuevo libro del sello Margen Izquierdo: “La otra hechicera, historia oculta y política de María Eugenia Vidal. La mujer que derrotó a las barones del conurbano” del periodista Ezequiel Spillman. En el encuentro, que congregó a un numeroso grupo de público, acompañaron al autor: Silvina Plager, Silvia Mercado y Luis Majul. En conjunto, los periodistas expositores analizaron y dialogaron sobre el pasado y el presente del personaje que es foco del libro: la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. La realidad política y social que le toca afrontar a Vidal desde ese cargo, y los desafíos que tiene por delante fueron algunos de los temas abordados.

La nieta  responsable que pasaba sus tardes entre las plazas de Flores, las tareas escolares y los cuidados de su abuela Cora; la niña que jugaba a imitar a Los Parchís; la adolescente que cansaba con sus cassettes de Fito Páez en sus viajes familiares a Brasil o la joven que se peleó con la balanza y que tuvo que vivir en una casa de fin de semana durante años, son partes de la historia de Vidal que no muchos conocen.

Pocos confiaban en ella. Caminó la provincia con un auto y tres asesores. Fue amenazada, sufrió la campaña y eran minoría los que pensaban que podía ganar. Le ofrecieron millones del negocio del juego y de la Bonaerense. Buscaron que sea una pieza de cambio para negociar con otros candidatos y terminó siendo la gran sorpresa. Se separó de su marido, tras 20 años en pareja, a pocos meses de asumir el destino político más importante de su carrera y emprendió una nueva vida a los 42 años.

 

 

¿Por qué el 7 de junio es el Día del Periodista?

En Argentina se conmemora todos los siete de junio este día en alusión a la primera publicación de la etapa independentista.

El 7 de junio se conmemora en Argentina el Día del Periodista, esta fecha sedeterminó en el Primer Congreso Nacional de Periodistas en 1938. Ese mismo día Mariano Moreno había fundado el periódico “Gazeta de Buenos Ayres”.

La Primera Junta determinó por decreto la fundación de “Gazeta de Buenos Ayres” en 1810 y ese 7 de junio salió la primera publicación del periódico, que fue el primero de la etapa independentista del país. El objetivo era anunciar los actos oficiales y noticias, tanto locales como internacionales. En él escribían Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, entre otras personalidades de la época.

Mariano Moreno fundó y dirigió el periódico oficial en el cual también publicó un decreto de libertad de prensa, la cual pregonaba. Moreno murió un año después en alta mar mientras se dirigía a Inglaterra para un encuentro diplomático.

“¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?… Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gaceta de Buenos Aires”, escribía Mariano Moreno en esa primera publicación de “Gazeta de Buenos Ayres”.