Carina Onorato, viuda de Tomás Bulat: “Este era su proyecto más querido”
El economista y periodista fallecido a principios de este año dejó una obra inédita. “Era su proyecto más querido”, dijo su esposa, Carina Onorato en la presentación del libro “Estamos como somos”
¿La Argentina es un país rico o un país potencialmente rico? “Estamos como somos”, es el punto de partida del último libro del economista y periodista Tomás Bulat, fallecido en un accidente de tránsito el 31 de enero de 2015.
Ante un auditorio colmado, se presentó ayer en el espacio Margen del Mundo el último trabajo editorial del economista, que en sus páginas invita a la sociedad a admitir la responsabilidad del por qué los argentinos vivimos con falsas expectativas y consecuentes desencantos.
‘Estamos como somos’ fue el primer libro que Tomás imaginó. La génesis, una lectura de cómo somos como sociedad para entender cómo estamos como país”, explicó Carina Onorato, esposa de Bulat.
Acompañada por familiares, amigos y seguidores, recordó así cómo surgió la idea de escribir este texto, donde Bulat –fiel a su estilo– fusiona al economista, al periodista y al docente que convivían en él para decir bien claro que, “si no tenemos el país que queremos, los responsables somos nosotros, no el vecino”.
El anfitrión del evento, el periodista Luis Majul, y Claudio Zuchovicki, gerente de Desarrollo de Mercado de Capitales de la Bolsa de Comercio, fueron algunos de los que recordaron la gran persona que fue Bulat y el legado que dejó como profesional. “Te pueden recordar, pero trascender como economista no es fácil. Tomás logró eso“, afirmó Zuchovicki, quien conduce junto a Santiago Bulat el ciclo televisivo El Inversor, programa que le permitió al fallecido economista cosechar tres Martín Fierro.
En su proyecto “más querido”, como lo recordó su mujer y el editor Roberto Montes, de Penguin Random House, Bulat volcó sus ideas más provocadoras y desafiantes para tirar abajo, uno por uno, los grandes mitos argentinos.
Todos coincidieron al señalar que la enseñanza que deja el libro se puede resumir en que si los argentinos no asumen que son dueños de su destino, y si no se hacen cargo de él, continuarán quejándose y esperando lo imposible. Seguirán “estando como somos”.