El ex director del diario Buenos Aires Herald, durante los días de la dictadura militar, y uno de los 40 periodistas más influyente según la muestra De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo, visitó Margen del Mundo y se refirió a la actualidad del periodismo. (Leer Más)
La argentina es un país que está todavía herido por los años de la dictadura. El país tiene que entrar en la plena democracia, todos tenemos que tener una cultura de la democracia y los periodistas son muy importantes para lograr esto. Tenemos que ser militantes del pro periodismo, no militantes del gobierno o anti gobierno, dijo Cox. En la muestra De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo argentino, que se lleva a cabo en Margen del Mundo, el periodista Robert “Bob” Cox ocupa un lugar de privilegio: fue uno de los cuarenta periodistas elegidos en la encuesta en la que votaron 700 periodistas y 1200 ciudadanos. Y tiene su lugar en el Mural de los Periodistas y su biografía en la sección Vidas de Periodistas. Durante su vista a Margen del Mundo, un estudiante de Comunicación de la Universidad de San Andrés, Joaquín Esner Areas, le realizó una entrevista en la que Cox se refiere al ejercicio de la profesión, a la llamada grieta y deja sus impresiones sobre la muestra De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo argentino que se puede ver en Margen del Mundo.
Aunque ya hace varios años que no ejerce la profesión, Cox ocupa un lugar destacado en la historia reciente del periodismo argentino y del país. Durante los años de la dictadura militar, Cox fue el director del diario Buenos Aires Herald y desde allí colaboró primero con las Madres de Plaza de Mayo y con los organismos de Derechos Humanos, después, a difundir solicitadas, casos de secuestros y hasta ha ayudado a restituir bebés apropiados. Por esa tarea, que excede lo periodístico, Cox sufrió la prisión, en tiempos de la Triple A, y luego, durante la Dictadura, fue interrogado, perseguido y amenazado hasta que en 1979 decidió dejar el país para salvar su vida y la de su familia. Su tarea, al frente del Herald, fue determinante para que se conociera en el mundo lo que ocurría en la Argentina.
-¿Qué le parece la idea de conjugar en Margen del Mundo un espacio de periodismo argentino?
-El concepto es magnífico, especialmente en este momento cuando hay una división entre los periodistas, casi una guerra de trincheras. Hay que parar con eso, los periodistas tienen que estar al lado del pueblo y nada más. No importa la ideología ni la política, los periodistas tienen que informar al pueblo. Entre ellos no deben confrontar. Hay que confrontar a la autoridad, a la gente que está en contra del pueblo.
-¿Sería la idea del periodismo como “cuarto poder”, que se opone a los tres poderes políticos?
-No me gusta mucho la idea del cuarto poder porque no somos en ese sentido poderosos. Yo creo que los periodistas debemos ser transparentes y humildes. Estoy en contra del periodismo de estrellas. Los periodistas importantes son los cronistas que muchas veces son anónimos, que van buscando la información relevante y la dan a conocer.
-¿Por qué cree que el periodismo se encuentra tan enfrentado como usted dice?
-Hay muchas razones que tienen que ver con lo que pasa aquí. La argentina es un país que está todavía herido por los años de la dictadura. El país tiene que entrar en la plena democracia, todos tenemos que tener una cultura de la democracia y los periodistas son muy importantes para lograr esto. Lo más importante es informar, eso es lo que tenemos en común. Más allá de la experiencia y de las distintas ideas. Tenemos que ser militantes pro-periodismo, no militantes del gobierno o anti gobierno, sino militantes del pueblo. Nosotros tenemos que ser un nunca más. Nunca más tenemos que estar en silencio cuando pasen cosas como las que ocurrieron en dictadura. Nunca más censura.
-¿Cuáles cree que son los valores, las características del periodista ideal?
-La honestidad es muy importante pero también es muy difícil, porque hay muchas formas de corrupción desde hace muchos años en Argentina y algunas existen todavía. Por otro lado la moral es muy importante, mucho más importante que la gran noticia. Hay que trabajar todo el tiempo tratando de darle algo valioso al país. Ahora tenemos muchas oportunidades, hay que caminar y acercarse a la gente.
-¿Qué reflexión le daría a los jóvenes que están a punto de comenzar sus carreras periodísticas?
-Yo no sé por qué decidí ser periodista. Creo que es algo que está en uno. Hay que sentirlo, pero tampoco ser demasiado romántico. Es algo maravilloso pero a la vez muy difícil, realmente no es joda. Nunca hay que entrar al periodismo si uno no lo siente. Posiblemente sea algo así como un sacerdocio porque mi convicción es que el periodismo es una vocación, no interesa ni el sueldo ni la jubilación, es sentir que uno quiere ayudar al mundo, con la idea de que uno puede hacer algo, porque hay muchas cosas que hay que cambiar pero no con métodos violentos, sino que hay que usar lo que tenemos, la posibilidad de comunicar a la gente, entender nosotros lo que pasa y después explicarle a la gente y tener total transparencia con ellos. Entiendo que no es una utopía, o por lo menos me gustaría creer que no lo fuera.