Author: supermdm

Jueves 30 de julio a las 19 horas 

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Luego de recorrer la muestra audiovisual “40 Años de Periodismo Argentino”, “De Walsh a Lanata”, La periodista y escritora Silvia Mercado presentó su nuevo libro, “El Relato Peronista”, con un debate junto al escritor Juan José Sebreli, el dirigente peronista Julio Bárbaro, y con la moderación del periodista Emilio Perina. El evento comenzó con un video hecho por el documentalista Pablo Racciopi, con la voz en off de Mercado: “Estoy convencida que el peronismo es relato. Lo que creemos del peronismo se desarma cuando lo confrontamos con los hechos”, se la escuchó decir a la autora desde la pantalla frente a un auditorio colmado que desbordó las instalaciones del espacio Margen del Mundo.

Perina contó que Mercado se propuso revelar cuál era ese “relato peronista” y destacó su “valentía”, ya que, viniendo del peronismo, se animó a criticarlo. “Algo que parecería que estuviera prohibido”, agregó Perina.

Mercado por su parte destacó cómo los mitos dificultan la libertad de pensar. “Es más cómodo el mito que la razón. Sobre todo para una sociedad como la argentina, tan necesitada de cobijo, de un padre o de una madre. Los autoritarismos dan cierta seguridad, por eso hay temor al cambio en los focus group electorales”, aseveró.

La autora -cuyo anterior trabajo fue el elogiado El invento del peronismo, sobre Raúl Apold- sostuvo que el “peronismo ha demostrado su mayor eficiencia en el relato, igual que el kirchnerismo”.

Por su parte, Sebreli señaló: “Este libro tiene que complementarse con el otro de Silvia sobre Raúl Apold, que hablaba sobre el relato peronista y este libro habla del relato peronista actual. Toda la historia del peronismo se ha falsificado“.

Destacó dos elementos incluidos en el libro y que, aseguró, generarán el debate. “El festejo del Bicentenario, hito que marcó el comienzo del populismo frío iniciado por Kirchner, y se convirtió en el primer acto de masas del kirchnerismo. El segundo acto fue el festejo de la muerte, en la exequias de Néstor Kirchner”.

Sebreli recordó también la censura durante el peronismo. “Este acto hoy hubiera sido imposible”, sostuvo. “Pero no porque el kirchnerismo no quisiera, sino porque los tiempos son otros”. Para el escritor, “Cristina nunca va a reconocer que no es democrática”, y agregó: “Hay una continuidad del kirchnerismo respecto del peronismo, con algunas diferencias”.

En tanto, Bárbaro opinó que “el populismo es la degradación de lo popular”. Para el histórico dirigente, “Perón y Gardel eran populares, Cristina y un personaje que toca la guitarra son populistas. El peronismo es una pertenencia y es una pertenencia de los humildes, de las mucamas. Los 18 años de ese no peronismo es lo que construyó ese relato peronista”

“La fractura que hace el gobierno es retrógrada, la racionalidad no mata ni el mito ni la pasión. Perón le dio ideales a los cabecitas negras y unos mangos a los de arriba. Por eso duró”, aseveró Bárbaro, y concluyó: “Aquello era una identidad; esto es una decadencia. Dentro de cinco años vamos a tener la Good Bye Lenin, con las estatuas de Néstor navegando por el río”.

Al finalizar el debate, Silvia Mercado firmó libros y se saco fotos con el público.

La era del ñandú

De Carlos Sorin

Argentina es un país de milagros desparejos. Tras el milagro de la recuperación de la democracia, en 1983 (imperfecto pero milagro al fin), llegó un portento cretino y disparatado que también marcó esa década de renovada candidez que fue la del ‘80: la crotoxina. La explicación, en la prensa: “Se aseguró entonces que este componente del veneno de la serpiente cascabel era ‘un invento’ del investigador argentino Juan Carlos Vidal, cuando, en realidad, existía desde 1938 y figuraba en catálogos de empresas químicas. Su uso en humanos alcanzó difusión pública a mediados de 1986. Vidal la venía suministrando a enfermos de cáncer en el Instituto de Neurobiología, sin haber cumplido con los correspondientes requisitos sanitarios”.

Además de entendibles niveles de frustración y escándalo, la crotoxina generó unos niveles de amarillismo inéditos en la opinión pública, una verdadero festival de la sarasa, y una película fenomenal, inclasificable y hoy casi perdida (de hecho, la copia que verán aquí fue rescatada por Margen del Mundo de una polvorienta cinta U-matic que al propio director Carlos Sorín le costó trabajo ubicar) de título La era del ñandú. Se trata de un film del género “falso documental”, escrito por Alan Pauls y con encantadores cameos de Horacio Acavallo, Ludovica Squirru, el “Nene” Augusto Bonardo, Mario Clavel y Salo Pasik que cuenta la historia de la droga Bio K2, derivada de nuestro entrañable ñandú, cuyas propiedades eran directamente milagrosas.

“En ese panorama de una sociedad lanzada a la industrialización y al progreso –dice el locutor que narra gran parte del film–, en la que todas las ilusiones eran posibles, un rumor inquietante comenzó a hacerse oír con insistencia: una droga desconocida y de insospechados poderes comenzó a ser requerida en las farmacias de la Capital”. El filme empieza contando el despertar a la modernidad de una nación, y enseguida se desvía hacia un recorrido hilarante por el rosario des-informativo que rodeó la aparición de la Bio K2: personas, diarios, canales de TV diciendo cualquier pavada sobre la droga (“la joven televisión porteña, siempre atenta a los estímulos colectivos, no tardó en tomar cartas en el asunto”), pero a la vez engordando el mito de la droga y de su creador, el más misterioso Dr. Kurtz.

En algún momento se difunde el dato de que la droga alarga la vida de las personas de un modo inaudito (“eso quiere decir, señor periodista, que la vida humana se prolonga en un 70%”), y por el camino genera mejoras de salud de todo tipo. El frenesí es absoluto. Y por supuesto, la droga es un fiasco. Sorín y Pauls cuentan todo con un nivel de gracia, velocidad y malicia que nunca volvió a repetirse en el cine argentino, ni siquiera en sus páginas más felices. La era del ñandú es una película de una luminosidad infrecuente, que sin embargo tiene lugar para oscuridades: cruza un tipo de relato probado (la candidez acelerada de cierto cine clásico) con todas las variables (las gruesas y las sutiles) de la argentinidad, y el resultado queda a mitad de camino entre manual de historia y oráculo.

La era del ñandú. Sábado 25 de julio, 18 horas.

40 documentales argentinos imprescindibles.

Entrada gratuita con el ingreso a Margen del Mundo.

Concepción Arenal 4865, CABA.

Final con foto (2003)

de Alberto Yaccelini

Alberto Yaccelini tiene 70 años y su obra completa como director suma aproximadamente seis horas distribuidas en seis títulos, realizados a su vez en casi 45 años de trabajo. Además de director, Yaccelini es montajista: fue el editor de muchas buenas películas y enseñó la materia en el Institut de Hauts Etudes Cinématographiques de París, ciudad en la que vivió durante décadas. Esta mélange de datos puede servir para comprender la fenomenal condensación que el director fue capaz de alcanzar en Final con foto, una de las películas que produjo tras regresar a la Argentina a finales de los años 90.

En la biografía publicada por el catálogo del Festival de Cine de Buenos Aires (Bafici) en ocasión de la retrospectiva que se le dedicara en 2011, se decía que sus temas eran dos: “Por un lado, personajes cuya persistencia y voluntad nunca desfallecían, aun cuando todo diría que se trataba de un esfuerzo inútil o sin el premio esperable. (…) Por otro, la pasión por las narraciones ágiles y desprovistas de solemnidad, deudoras de los seriales y quizás del cine B norteamericano”. Todo eso se puede ver en la perfecta Final con foto, un juego de muñecas rusas en el que hay un hombre, una tarea artesanal, un divertimento, un pueblo de la provincia de Buenos Aires y un país que no puede parar de desplomarse. El ambiente es el de las cuadreras, improvisadas carreras de caballos, y el hombre y su tarea artesanal tienen que ver con un sistema de registro de los metros finales de la carrera: “El Gordo” trabaja de eso desde hace décadas, tiene una máquina que fotografía el paso por la línea de llegada y con esas imágenes muchas veces dictamina quién ganó la carrera, pero a la vez fabrica souvenirs de la velada.

El negocio no va bien para nadie, ni para “El Gordo” ni para los corredores y los espectadores (muchas veces cumpliendo roles intercambiables) ni para Saladillo ni, claro, para la Argentina. Pero ahí está un grupo de personas hablando de dinero que no alcanza y de un pasado que fue mejor, y sacando la foto final más nítida de un país sin ganadores.

Final con foto. Sábado 25 de julio, 18 horas.

40 documentales argentinos imprescindibles.

Entrada gratuita con el ingreso a Margen del Mundo.

Concepción Arenal 4865, CABA.

Sábado 25 de julio a las 18 horas 

Este sábado Margen del Mundo presenta dos mediometrajes: “La era del ñandú” (1987) de Carlos Sorín y “Final con foto” (2003) de Alberto Yacelini. 

“La era del ñandú” relata la historia de la droga BIO K2, una sustancia obtenida de los ñandúes que promete longevidad. La película resultante retrata la desesperación de la gente por acceder a la droga y al mecanismo de creencia que se disparó en aquel momento. Creer o no creer, y creer a quién, y por qué creemos…

“Final con foto” explora el mundo de las cuadreras, internándose en los pueblos olvidados de la provincia de Buenos Aires. Con sus personajes creíbles y queribles, y potrillos que llevan una vida más regalada que sus cuidadores o incluso que sus propietarios -que han puesto todas sus esperanzas y ahorros en ellos-, Yaccelini pinta una imagen indirecta y sutil del naufragio de una nación en los años inmediatos a la crisis  2001. 

El ciclo 40 documentales argentinos imprescindibles propone un recorrido por cuarenta documentales clave seleccionados y presentados por Marcelo Panozzo, director del BAFICI, y Gustavo Noriega, ex director de la revista de cine El Amante. Sábado a sábado, Margen del Mundo exhibirá completa esta selección de películas que nos permiten asomarnos al país de una manera nueva.

Reservas: info@margendelmundo.com.ar

Más información: CLIC AQUÍ

Marcelo Panozzo te invita a ver “La Era del Ñandú” y “Final con Foto”: