¿Por qué son malas las malas palabras?

Se cumplen 10 años de la muerte de Roberto Fontanarrosa. El “Negro” será recordado para todos los tiempos por sus personajes, historias y humor, pero también será recordado por ser un gran periodista. Mirá un adelanto de la nueva muestra audiovisual que se realizará en Margen del Mundo.

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Roberto Alfredo Fontanarrosa, creador de personajes e historias que revelan como pocos la idiosincrasia argentina, y que se transformó en un icono del humor, el fútbol y la literatura, cuya vigencia se mantiene intacta en el recuerdo de sus lectores y a través de la reedición de sus obras.
El “Negro”, apodo que lo acompañó a lo largo de toda su vida, falleció el 19 de julio de 2007 a los 62 años, en el Sanatorio Centro de Rosario, tras sufrir una esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad diagnosticada en 2003 que atentó contra su movilidad, pero nunca le quitó la lucidez. Fanático de Central y definido como un hombre sencillo, Fontanarrosa nació en Rosario el domingo 26 de noviembre de 1944 y fue dueño de una larga trayectoria en el dibujo y la literatura, dos de sus grandes pasiones. 

 

 

El humorista vivió una infancia “normal, sin catástrofe”, según contó públicamente en reiteradas ocasiones, y recién a los diez años encontró lo que sería su primer “verdadero amor”: el fútbol, durante un partido entre Central y Tigre.

El creador de míticos personajes como “Inodoro Pereyra” o “Boggie”, el aceitoso”, encontró su vocación ya de adolescente, época en la que permanecía largo tiempo del día en su casa copiando caricaturas de “Rayo Rojo”, “Puño Fuerte”, “El Tony” y “Misteríx”, entre otro personajes.

A los 13 años se inscribió en el curso de los “12 Famosos Artistas”, evento que la Escuela Panamericana de Artes dictaba por correspondencia, y durante los primeros años de la secundaria -la que dejaría tiempo después- “salía del colegio corriendo para comprar en el kiosco la revista Hora Cero”, según relató en una autobiografía oficial.
Cinco años después, el “Negro” viajó a Buenos Aires en un infructuoso intento de ingresar en la editorial Columba, y comenzó trabajar en una agencia de publicidad de esta ciudad, la que abandonó argumentando que “siempre” le pareció imposible que “una persona pueda comprar un vaso porque alguien se lo inculca en un aviso”.

El “Negro”, considerado un hombre “sencillo” y macanudo”, era muy admirado por sus colegas argentinos y del continente, como de Colombia y México, quienes le rindieron homenaje en varias oportunidades al hacerse pública la noticia de su enfermedad. “Hace casi tres años y medio que estoy con este problema de salud que es atemorizante y preocupante, uno medio que aprende a convivir con ello pero implica siempre un temor lógico”, dijo en una entrevista sobre su enfermedad.

El relanzamiento de sus cuentos e historietas vino acompañado de un sinfín de homenajes en los últimos años, sobre todo en Rosario, su ciudad natal, el lugar en el mundo que eligió para desarrollar su vida afectiva y profesional. Muestras itinerantes, obras de teatro, una escultura al lado de la “Mesa de los galanes”, en bar El Cairo; una película, que se estrenará el próximo 3 de agosto, y la presentación de la segunda edición del libro “El negro Fontanarrosa” (La Biografía) del periodista Horacio Vargas. El más grande de los centros culturales de Rosario lleva su nombre, entre algunos de los tributos que siguen inmortalizando la figura de uno de los rosarinos más famosos de todos los tiempos.