“La gente pregunta en la calle si Boudou o Lázaro van a ir presos”, dijo Alfredo Leuco que en la Noche de los Museos dio un charla en MdM
El conductor de Le doy mi palabra, en las tardes de Radio Mitre realizó estas declaraciones a la web de Margen del Mundo. Además Leuco es uno de los 40 periodistas que forman parte de la muestra De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo que se puede ver en el espacio Margen del Mundo. Este sábado, a partir de las 20 horas, el conductor, junto a su hijos Diego, harán de guías de los visitantes que lleguen a Margen del Mundo en el marco de la 11° edición de La Noche de los Museos
La gente se me acerca en la calle, en el supermercado, en el cine. Y en un gran porcentaje me dicen: no aflojen. Un sector importante de la población valora, respeta y banca a un periodismo muy crítico porque se sienten representados. También me preguntan por el año que viene, porque genera mucha preocupación. Y la gente quiere saber si Boudou o Lázaro Báez van a ir presos. “¿Va a ir alguien preso?”, se preguntan. Los más informados también preguntan por la división en el periodismo, por la llamada “grieta”. Por ejemplo: “¿Cómo hacías para convivir con Víctor Hugo Morales en Continental?”. Pero fijate que paradoja, en la muestra convivo con él en la misma pantalla: donde está mi biografía está la de Víctor Hugo, con quien mantengo profundas diferencias profesionales, le dijo a la web de Margen del Mundo el conductor de Le doy mi palabra, quien el sábado 15, durante la Noche de los Museos, iba a ser uno de los guías del público, pero debido a la cantidad de gente que llegó a Margen del Mundo para visitar la muestra De Walsh a Lanata, 40 años de periodismo,(más d 1200 personas) debió improvisar, junto a su hijo Diego, y a los periodistas, Miguel y Nicolás Winazki, una charla que fue coordinada por el periodista Luis Majul.
-¿Cuáles son las principales diferencias de análisis y comprensión entre los periodistas con larga experiencia, como vos, y los más jóvenes, como tu hijo, Diego?
-No me atrevo a hablar de los jóvenes en general. Pero si de los periodistas más jóvenes como mi hijo, y creo que tienen una mirada muy cuestionadora y escéptica, como debe ser la mirada de cualquier periodista. Creo que está ligado al ADN de la profesión y no tanto a lo generacional. Si creo que a los más jóvenes les surge un interrogante: ¿cómo va a ser trabajar de periodista en un gobierno que no sea como el de los Kirchner? Porque él solo conoce el periodismo bajo fuego con la permanente agresividad que desarrollaron los Kirchner. Yo trabajé en el tiempo de Alfonsín, hice periodismo deportivo en la dictadura, también trabajé con Menem y con todos. El no y tiene mucha expectativa ante lo que viene: ¿y qué pasa si el nuevo gobierno me simpatiza más que este? ¿Voy a perder la cosa crítica? ¿Cuánto tiempo hay que darle a un gobierno y aguantarle la luna de miel para ser más tolerante y no ser tan duro? Son cosas que no conoce porque no las vivió. Cuando Kirchner llegó al poder, él tenía 15. Y ahí hay toda una novedad: ¿Cómo ejercer el periodismo político, judicial, de investigación bajo un gobierno de otras características, tal vez menos autoritario; pero con el que también hay que saber pararse para ejercer bien el trabajo.
-¿Que te pareció la idea de que, padre e hijo,vivieran la experiencia de ser guías de los visitantes durante La Noche de los Museos en Margen del Mundo, aunque la capacidad del lugar fue desbordada?
– Es una idea piola y muy interesante, que sólo se le puede ocurrir a Luis Majul, porque cruza a dos generaciones. Diego tiene 25 años y yo el año que viene voy a cumplir 60. Cada uno de nosotros tiene saberes, valores y experiencias muy distintas y a mí me enriquece mucho escucharlo. Aprendo todo el tiempo de él. Y él dice lo mismo, porque señala que tengo experiencias, formas de trabajo, maneras de acumular la información que lo asombran, aunque son un poco antiguas. Por ejemplo, yo siempre voy a todos lados con un cuaderno de espiral, y todo lo mucho que leo o que hablo con las fuentes, lo anoto ahí. En cambio, Diego, hace lo mismo pero lo fotografía todo y lo sube a su IPad. Y lo tiene archivado allí. Es un solo ejemplo, pero con cada información que aparece tenemos miradas diferentes, por las experiencias de cada uno. Ahora estamos con la información de los aviones de los Kirchner, y él tiene muchos datos de los últimos cuatro años, porque lo ha vivido y lo ha investigado. Recuerda mucho de esos años, pero yo también recuerdo cuando los Kirchner pusieron el avión sanitario de la provincia para traer un senador de Corrientes porque lo necesitaban para una votación. Y no lo necesito buscar en Google, por ejemplo, porque lo tengo en mi cabeza. Luego puedo buscar una precisión. Diego no tiene esos datos en la cabeza, porque en ese momento tenía quince años. Lee mucha política e historia, pero no tiene aquellos detalles finos.
-Y cuando andan juntos por la calle a quien paran más: a usted o a su hijo Diego?
-A mí me dicen mucho, lo felicito por su hijo. Diego ha generado, por trabajar en televisión en un programa muy visto y al lado de Lanata, un conocimiento popular mayor al mío. Y nos reímos, porque yo tengo treinta años de periodismo, y ante una chica joven, en algún lugar, tal vez le piden una foto a él y no saben quién soy yo. A mí eso me gratifica mucho.