Sexo, asesinatos, narcotráfico y corrupción política en el Margen del Mundo

El escritor y periodista Jorge Fernández Díaz, secretario de Redacción de La Nación y conductor de Sentimientos Encontrados, el programa de las noches de Radio Mitre en las que juega a ser el Doctor Amor, miró al selecto público, congregado en el auditorio de Margen del Mundo, y sentenció: El Puñal no es una novela escrita en clave. Es, todavía, un poco más que eso. Sirve para contar, con lujo de detalles, sucesos nunca probados que como periodista no estaría autorizado a revelar, por falta de pruebas. Por ejemplo, el gran negocio de Narcoestado y el poder.  El gran negocio corporativo de caviar y champagne del que participan políticos, funcionarios, jueces y policías. No es la novela de los pibes chorros ni el narcomenudeo en Rosario.  Es el negocio glamoroso hecho en los barrios privados de la zona metropolitana.

Es el sexo, el asesinato y la corrupción que no aparecen en los noticieros ni en los diarios, sino en la vida real. Aquí y ahora.

Lo escuchaban, con atención, importantes periodistas especializados y colegas españoles que no quisieron perderse ni una palabra entre los que estaban: Carmen de Carlos, del Diario ABC de Madrid; Mar Marín de la Agencia EFE; Francisco Peregil del Diario El País; Albertro Ferrari de la Agencia ANSA;  María O’Donnell; Gabriel González de Revista Gente; Silvia Mercado; Pablo Rossi; Cristina Mucci; Javier Sinay, de Revista Rollings Stone; Canela y Pablo Avelluto. También Miguel Wiñazki del diario Clarín; Hugo Beccacece del diario La Nación; Susana Reynoso; Patricia Kolesnicov; Alejandro Belloti de Diario PERFIL. Además estuvieron presentes de la Editorial Planeta, Ignacio “Nacho” Iraola, Director Editorial; Sebastián Ansaldi, Gerente de Marketing y Ana Wajszczuk encargada de prensa .

 

Un tal Remil

“Tengo muchos nombres-dice el espía- pero en el ambiente me conocen como Remil. Es un chiste de la colimba que se hizo popular en Puerto Argentino- fue combatiente en Malvinas-. Yo era un dragoneante de Infantería muy cruel. ‘Hijo de remil putas’, me decía mi Sargento Mayor todas las mañanas. Para mí era un elogio y quedó”, explica el hombre, hoy espía o mano de obra vendido al mejor postor que hace “cositas” para alguna de las agencia del Gobierno.

Muchos sobrevivientes son los que relatan que en las catacumbas de la ex ESMA, en los años de plomo, hubo alguien, ex buzo táctico- como Remil- especialista en explosivos submarinos, que hizo volar por los aires- por cuenta y orden de Montoneros- al mismísimo jefe de la Policía Federal y años más adelante, por cuenta y orden del Grupo de Tareas del Tigre Acosta y Massera, viajó al Peñón de Gribaltar a ponerle una bomba a un buque británico. Con la democracia se convirtió en agente de inteligencia forjado en aquellas catacumbas , persiguió periodistas y sobrevivió hasta hoy trabajando para los gobiernos de turno. También era un hijo de remil putas, según cuentan sus ex compañeros, porque entregó a varios compañeros. En algún punto se parece al Remil, de El Puñal.

Remil es un agente de inteligencia de una de las tantas agencias del Estado- que se multiplicaron en la última década. Se dedica a arreglarle los asuntos sucios a los políticos. Fue entrenado como Comando y de tanto en tanto integra la custodia presidencial.

 

La sensual Nuria

Pero le encargan investigar a Nuria Menéndez Lugo, una abogada española sensual y misteriosa, con quien tiene un romance contradictorio y convulsionado. Y es ahí donde el sexo, la muerte, el tráfico de drogas y la política corrupta forman el explosivo cóctel que sirve de excusa para relatar el lado B de la política en formato de ficción.

El Puñal no es una novela escrita en clave para develar historias jamás contadas pero sirve de coartada perfecta para relatar sucesos investigados pero no probados que circulan en los pasillos del poder actual. El llamado Narcoestado. Más vinculado- según Fernández Díaz-  al “gran negocio corporativo de caviar y champagne del que participan políticos, funcionarios, jueces y policías que al tráfico asociado a pibes chorros y a los Escobar Gaviría”. Y advierte: “No quería hablar de los pibes sicarios más bien de un negocio glamoroso hecho en los barrios privados de la zona metropolitana. Todas las transas, que poco tienen que ver con los carteles que estamos acostumbrados a ver”, explica.

Y pregunta: “¿Ustedes saben, que desde la Argentina exportamos cocaína que viaja a España en botellas de fino tinto malbec de exportación?”.

El escritor y periodista Arturo Pérez Reverte se involucró personalmente en la obra: leyó en secreto los borradores de la novela y a punto de regresar a Madrid, mojó el original en la bañera de su cuarto de hotel porteño y destrozó las páginas. No lo hizo por repugnancia sino por miedo al plagio. Usó el mismo procedimiento que utilizaban  los agentes secretos de la Guerra Fría.

 

Génesis

La idea de El Puñal, se tejió en la adolescencia de Fernández Díaz.

Me acuerdo de estar leyendo El signo de los cuatro, de Arthur Conan Doyle  y pensé: ‘Yo quiero hacerle esto al lector, lo mismo que el autor me hace a mí con esta obra’

 Y Fernández Díaz explica: Desvestido el amor de las canciones y las ilusiones queda la pasión bestial, turbia, entre un hombre y una mujer, que además son crueles y que llevan adelante una relación sospechada de traicióan. Igual que a la política, que cuando se le sacan los discursos, la propaganda, queda esta réplica gansteril del toma y daca. Y no hay mejor género que describa mejor la política argentina de hoy que la novela negra.

Los presentes estallaron en un aplauso cuando Luis Majul, presentador de la charla, anunció que en menos de una semana se agotó la primera edición de 10 mil ejemplares y que esa misma mañana Planeta mandó a reimprimir 10 mil ejemplares mas.